Económica

El importante equilibrio de las cuentas públicas

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El equilibrio de las cuentas públicas deberá ser una de las prioridades del próximo presidente. El aumento del déficit fiscal y la deuda pública que ha experimentado el país durante el 2020 requerirá que el siguiente gobierno implemente una serie de medidas con el fin de evitar un deterioro en las cuentas públicas. Sin embargo, la ausencia de este tema en el debate electoral y la previsible fragmentación del próximo Congreso plantean un panorama con grandes dificultades para adoptar reformas que permitan la estabilidad fiscal del país.

El desafío del próximo gobierno será grande pues venimos de un año donde, debido a la crisis sanitaria, el país ha incrementado sus gastos; en el 2020, el déficit fiscal aumentó a 8.9% del PBI y la deuda pública subió a cerca del 35% del PBI. Esto plante un escenario donde el Ejecutivo hará frente una mayor presión política para incrementar el gasto, especialmente en el sector salud, y la necesidad de financiar proyectos de infraestructura como los de la nueva Carretera Central y las líneas 3 y 4 del Metro de Lima, los cuales requerirían entre 80% y 90% de presupuesto del sector Transportes y Comunicaciones, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Esto pone al país en una situación en la que sin una serie de medidas efectivas que permitan sanear las cuentas públicas en el mediano plazo, el PBI potencial del país podría caer. Este menor crecimiento implicaría una menor recaudación fiscal; además, si el crecimiento económico en el mediano plazo es los suficientemente bajo podría dificultar la estabilidad fiscal y la estabilización de la deuda, lo cual traería consigo una rebaja en la calificación crediticia del país, el cual sería percibido como un destino de inversión más riesgoso, lo que elevaría la tasa de interés a la que se financia el gobierno.

Cabe añadir que la subida en la tasa a la que se presta el gobierno implicaría un alza en las tasas de financiamiento de las empresas, necesitadas de inversión privada; lo cual, en un contexto de recuperación económica, sería contraproducente para el país.

Ante este panorama, hasta el momento ninguno de los dos candidatos presidenciales ha anunciado las medidas que podrán en ejecución para recuperar el equilibrio de las cuentas públicas. De seguir así, el gobierno entrante tendrá entre sus principales tareas plantear una reforma tributaria y reestablecer el equilibrio fiscal del que gozaba el país antes de la emergencia sanitaria.

Por otro lado, la previsible fragmentación del nuevo Congreso de la República será uno de los principales riesgos para la gobernabilidad en los próximos cinco años. Es un hecho que para el próximo presidente será difícil poder conseguir algún tipo de consenso en un parlamento con hasta 11 partidos, cada uno con un distinto espectro político. Dado los resultados, resulta muy probable que las iniciativas populistas serán una constante del futuro parlamento, lo cual reducirá el espacio del Ejecutivo a la hora de buscar implementar reformas. Ante este escenario, no hay una señal clara de una responsabilidad fiscal, lo cual no da ninguna certeza de que el espacio fiscal que dispone el Perú será utilizado correctamente.

Es una realidad que no será sencillo ni rápido que el país retorne la estabilidad fiscal de años anteriores; ante esto, resulta claro que cualquiera que resulte vencedor en esta segunda vuelta requerirá impulsar una reforma tributaria que permita elevar los niveles de recaudación; todo esto en un contexto de mayores presiones políticas y ciudadanas para incrementar el gasto gubernamental en servicios públicos, sobretodo en el sector salud.

Muchos economistas señalan que se debe ampliar la base tributaria o buscar una modificación en las tasas impositivas; además, subrayan la necesidad de dar continuidad a la política antielusiva, que se ha estado llevando a cabo en los últimos años, fortaleciendo el acceso de la Sunat a la información de cuentas bancarias con el fin de reducir la evasión tributaria, sobretodo de las empresas. Por otro lado, se hace hincapié en que un aumento en los impuestos para la población tendrá que ser bien estudiado para poder ser implementado, ya que eso podría tener efectos contraproducentes en el mediano plazo si no es bien manejado.

Además, se ha subrayado el rol que debe tomar el MEF, el cual deberá mostrar compromiso para llevar a cabo las reglas fiscales que se han venido adoptando en los últimos años, y se espera que la entidad actualice la trayectoria del déficit fiscal y la deuda pública, así como detallar al Ejecutivo las acciones necesarias para lograr una estabilidad macrofiscal.

En conclusión, El siguiente gobierno tendrá entre sus principales y más urgentes tareas el evitar que el deterioro de las cuentas públicas que lleve al país a una crisis; esto va a requerir de reformas; sin embargo, la fragmentación del nuevo congreso, la continuidad de las propuestas populistas y el mayor gasto social generan grandes dificultades que el próximo mandatario tendrá que hacer frente.

Te puede interesar: Finanzas públicas sanas: Compromiso del gobierno de transición

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Fuentes:

El Comercio (1)

Gestion (2)

MEF (3)

Semana Economica (4)

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