Tras un mes de negociaciones entre los representantes del gobierno griego y de la Eurozona se logró un acuerdo que obligará a Grecia a presentar un nuevo programa de reformas económicas.
Dentro del compromiso adoptado por Grecia, se aceptó una prórroga de cuatro meses del rescate. Además, se responsabilizó al gobierno griego a que concluyera con éxito el programa actual. Finalmente, le extendieron un plazo para poder presentar un listado de reformas inmediatas en el aspecto económico. Este compromiso logrará generar un mayor margen presupuestario para que el gobierno griego pueda solventar los gastos sociales y aliviar la deuda. Sin embargo, todo nuevo camino tiene siempre sus pros y sus contras.
Como parte de las consecuencias negativas que se producen a partir de este nuevo compromiso se encuentra el aumento de la desconfianza que existe desde Europa hacia Grecia, puesto que este país se ha mostrado totalmente en contra de las políticas de reforma que le impusiera la eurozona durante el estallido de la crisis . Asimismo, Europa consideró repatriar 11000 millones de euros para recapitalizar los bancos de Europa Central. Finalmente, numerosos analistas de la economía europea indican que estas decisiones tomadas tras las negociaciones del gobierno de Tsipras con los representantes de la eurozona generarían una gran dificultad para vender este nuevo plan de reformas a la sociedad griega.
Para el presidente griego Alexis Tsipras, el acuerdo con la Unión Europea significa un paso decisivo, para dejar atrás la austeridad, los rescates y la troika[1]; y este paso será considerado como una batalla ganada dentro de la guerra con grandes dificultades que irán creciendo con respecto al tiempo.
Fuentes:
“Europa y Grecia sellan un pacto a la alemana”
(http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/20/actualidad/1424471757_143916.html)
“Tsipras avisa de las dificultades que quedan pese al acuerdo con la UE”
(http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/21/actualidad/1424542757_778664.html?rel=rosEP)
[1] La troika hace referencia al triunvirato formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
