Económica

Un economista camuflado en China

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El economista británico Tim Harford, autor de “El Economista Camuflado”, uno de sus más famosos bestsellers, visitó China y otorgó un capítulo de su libro a contarnos como China se desarrolló a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, a través de los grandes cambios de reformas económicas, para llegar a convertirse en un país “rico” en la actualidad.

 La hegemonía en el poder económico mundial viene cambiando su estructura a lo largo de toda la historia. En la actualidad, se puede apreciar claramente que tenemos a Estados Unidos y China como los principales polos de crecimiento y desarrollo económico a nivel mundial. Estados Unidos está comandando el bloque de los países desarrollados de occidente, mientras que China está tomando una mayor posición de liderazgo dentro del grupo de los países en vías de desarrollo. Pero esta situación no era idéntica hace aproximadamente cincuenta años, China no era ni la cuarta parte de productiva de lo que es ahora y su total transformación que se realizó en la década de los 80’s llevó a que la realidad sea otra. Entonces, la pregunta principal que se tratará de responder en este artículo estará basado en el título del capítulo desarrollado por Harford: ¿Cómo China se hizo “rica”?.

El campo y las revoluciones agrícolas

La principal característica del primer gobierno que tuvo la República Popular China fue el sistema comunista que fue adaptado, a partir del ejemplo de la Unión Soviética, por Mao Zedong. Este sistema adaptado para China presentaba la existencia de un gobierno completamente centralizado y una economía basada en la inversión masiva en industria pesada (se incentivó ampliamente el uso del acero y del carbón) y en la aplicación de técnicas agrícolas especiales con la finalidad de mantener alimentada a la población china. Este enfoque concebido por Mao, se conoció como “El Gran Salto Adelante” y consistió en el mayor desastre económico de la historia china. La razón por la cual no se pudo solucionar el problema de este plan dual fue la falta de información sobre como este plan afectaba a las distintas zonas del país, ante la existencia de gran corrupción dentro del gobierno, todos los reportes se hacían con el único objetivo de demostrarle a Mao que sus reformas han sido las más efectivas y adecuadas a lo largo de su mandato. Uno de los principales problemas que se presentó con la aplicación de estas reformas económicas fue “La gran hambruna» que se produjo en la década de los 50’s y dejó como saldo alrededor de 10 a 60 millones de fallecidos.

Tras la muerte de Mao Zedong en el año 1976, Deng Xiaoping entraría a reemplazarlo en el año 1978. A partir de las decisiones más acertadas de este líder chino se propició el gran cambio de la economía china, observándose un aumento del 40% de la producción agrícola. El principal componente que introdujo Xiaoping en la estructura económica china fue el plantear un sistema de incentivos a los pueblos productores agrícolas, los cuales podrían tener mayores beneficios gracias al aumento del precio de compra por parte del Estado a los productores locales. Este cambio en el sistema económico introdujo a China dentro del camino de la “Senda Capitalista” y se empezaría a impulsar el resto de sectores económicos.

La inversión en capital, China y el mundo

Es bien sabido que todo desarrollo sostenido y cualquier intento de ser rico en la actualidad es sinónimo de inversión en capitales. Para poder lograr desarrollar las dos anteriores cuestiones es necesario que en toda economía de mercado exista un respeto y un clima adecuado para la inversión segura (garantías que generalmente no existen en los países menos desarrollados). Para el gobierno chino a partir de la década del 60, cada vez fue más complicado lograr obtener mayores ganancias de las inversiones que se realizaban, este problema se generó a raíz de la poca información que tenía el gobierno central para invertir eficientemente el dinero. Además, se debe considerar que no existían los incentivos suficientes para invertir y no se respetaba la libertad de la población para poder realizar cualquier actividad económica sin tener problemas de derechos de propiedad con el gobierno central.

El sector industrial también se convertiría en una de las principales áreas de inversión de capitales, pero el mercado chino no funcionaría correctamente sin la existencia de instituciones que apoyen el desarrollo económico, por ejemplo, facilidades para que la gente pueda acceder a créditos comerciales bancarios, la existencia de leyes de contratos y la completa seguridad de que sus ganancias no serías confiscadas por el gobierno. China entendió que el cambio y la planificación que se realizaría desde el gobierno central para crear nuevas instituciones o adaptar las extranjeras para el entorno nacional no sería de la noche a la mañana, sino que se debería de realizar una serie de “sacrificios” importantes en materia económica, tales como la apertura comercial gradual y un mayor incentivo a la existencia de competencia dentro de la economía frente a las empresas estatales.

El ingreso de china en el escenario de la economía mundial representó una mayor participación en los mercados mundiales de los productos que utilizan de forma intensiva la mano de obra, una conversión de las divisas en materias primas y nuevas tecnologías para desarrollar la economía, y finalmente atraer a los inversores extranjeros para así aprender nuevas técnicas de comercio y producción de los países más avanzados. China daría los pasos agigantados para lograr atraer inversión extranjera directa, lo cual le permitió desarrollar nuevas industrias de productos de alta calidad tecnológica y elevar la productividad de su mano de obra obteniendo un mayor porcentaje de trabajadores calificados con altos grados de educación.

El milagro económico chino

Según el economista Tim Harford, este milagro no estaba en relación con la privatización, ni el saber quién poseía las empresas, sino que este se inició cuando se impulsó a las empresas públicas a manos de los gobiernos locales, las privadas y las extranjeras a competir en un mercado relativamente más libre, introduciendo mayor información del mercado y mayores incentivos que permitan una mayor seguridad para las ganancias que se puedan obtener en el mercado chino.

Además, importantes economistas como P. Krugman, R. Wolf y J. Bhagwati indican que las fábricas donde se explota al trabajador en China resultan las mejores alternativas existentes y representan los pasos agigantados chinos hacia el desarrollo, comparándolo con el sistema de los inicios de la República Popular China. Asimismo, no se puede considerar a China como un país rico (con la completa definición de la palabra), sino solamente como uno “rico” debido a la importancia de la velocidad de enriquecimiento chino que le permite combatir el poder de la escasez y la corrupción para así corregir las diferentes externalidades desde el gobierno central, intentar maximizar la información, acertar con la elección de los incentivos a la producción y relacionarse con otros países de manera más intensa para lograr el desarrollo sostenible y brindarle una mejor calidad de vida a sus pobladores.

Referencias bibliográficas

HARFORD, T. (2007). “Cómo China se hizo rica”. En su: El Economista Camuflado, Primera edición. México, Editorial Planeta Mexicana. pp. 273-296.

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