Económica

Távara: «Se ha prostituido el sistema cuando se ha perdido de vista que la salud es un servicio esencial al cual todos tienen derecho».

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«¿Por qué si el precio sube no entran competidores? Porque los nuevos competidores no van a entrar con estos costos sino con costos más altos. Los costos de los insumos, el precio mayorista que enfrentan los independientes, es mucho más alto que el precio mayorista que pagan las cadenas que están verticalmente integradas por el laboratorio.»

 

 

 

 

 

 

 

Renombrando un artículo que mencionó Campodónico, sobre el tema de farmacias, decía que el artículo 61 en la constitución estipula que hay que combatir el dominio de grupos poderosos dentro del mercado, pero que la única forma de hacerlo es mediante INDECOPI. Sin embargo, los grupos económicos que tienen una gran posición dominante en el mercado siguen. Él argumentaba que debido a eso debería haber un cambio en el artículo de la constitución.

Efectivamente dicho artículo dice aquello. Las empresas no pueden concertar para fusionarse y monopolizar un mercado. Lo que pasa es que ahí entramos a como se define el monopolio. Si uno define rígidamente el monopolio como el 100% del mercado, Backus no sería un monopolio, aunque tenga el 96% del mercado, porque hay 4% de cervezas de otra gama. Hay un tema jurídico de interpretación, lo cierto es que entre los abogados incluso hay una corriente mayoritaria que cree que el Estado puede aprobar una ley que regule la concentración de mercados para evitar la monopolización vía fusiones y no creo que eso sea objetable en términos constitucionales. Eso es distinto a cambiar la constitución porque es más difícil cambiar la constitución que sacar una ley. Lo que dice Humberto Campodónico es que la legislación peruana sanciona el abuso de posición de dominio, pero no la posición de dominio en sí misma. Una empresa puede llevar posición de dominio, pero si no abusa de dicha posición no viola la Ley. En la práctica, sin embargo, las empresas que tienen posición de dominio maximizan ganancias y arduamente fijan precios más altos que los precios competitivos. Entonces, Humberto dice que hay que evitar que adquieran posición de domino para que no puedan abusar de ella. Y ¿Cómo evitar que las empresas adquieran una excesiva posición de dominio? Con una ley que regule la concentración. Que es una ley que ahora se está debatiendo en el congreso, que establece que a partir de cierto umbral según el tamaño de las empresas hay que pasar por un proceso de evaluación previa.

Respecto a las barreras legales, naturales y económicas al monopolio. En el caso del nuevo monopolio en el sector farmacéutico en el Perú, ¿Se estaría presenciando algún tipo de barrera?

Barreras legales no hay. Para entender cómo hemos llegado a la situación actual, veamos un poco la historia. Antes, siempre se pensaba que la salud era un servicio público esencial; que no debería estar sujeto a la oferta y a la demanda, tanto así que hasta hace pocos años existía la llamada “farmacia de turno”. ¿Antes cómo era la distribución minorista de medicamentos? Eran pequeños emprendimientos familiares a cargo de un farmacéutico y no se permitía que estuvieran juntos. Se exigía que estuvieran distribuidos en toda la ciudad con la lógica de que si alguien se enferma de noche tiene una farmacia cerca y los turnos se repartían y distribuían en diferentes horarios, se iban rotando por eso las farmacias de turno.

Bueno, cuando entró Fujimori y los neoliberales fundamentalistas, dijeron: «Esto es libre mercado». Entonces derogaron todas las reglas. Entonces el que quería se ponía de turno. Se empezaron a formar las cadenas y empezaron a absorber a las farmacias pequeñas que empezaban a quebrar y resultaron estas grandes cadenas que hemos visto: Fassa, Mifarma, BTL, Inkafarma, etc. Entonces, algunas funcionan las 24 horas del día para hacer plata y no porque tengan que abrir para dar un servicio al público y claro se concentran a veces en clústers. Por ejemplo, en la avenida Brasil con Javier Prado, hay como 5 farmacias juntas, uno se va a otro lado y no hay farmacias. Antes eso no pasaba, estaban distribuidas más o menos homogéneamente en el territorio para atender a las personas. Estaban pensadas con otra lógica. Luego fue que se mercantilizó todo esto. La salud y las medicinas se convirtieron en mercancías. Antes se permitía que la gente tenga un negocio estable, pero cumpliendo una función social.

En el año 2009, INDECOPI empezó a investigar a las 9 cadenas farmacéuticas más importantes por concertación de precios. Les abrieron un proceso sancionador en el 2011 por formar un cartel para fijar precios, la investigación demoró y recién en 2016 las sancionaron con una multa que pagaron todas sin apelar y admitiendo su culpabilidad. Pero en el camino se fusionan y en lugar de 9, quedaron 2. Luego, lo último que ocurrió en noviembre del año pasado es que las dos se fusionaron en una sola.

En la sanción de la resolución de INDECOPI, se presentan las participaciones en el mercado. Nosotros la actualizamos hace un par de años con cifras del 2013 y las dos más grandes que se han fusionado ahora tenían como 87%.  Entiendo que Semana Económica sacó un reportaje en el cual dijeron que cerca del 95 % de las ventas de medicamentos pertenecían a esta cadena, que es del grupo Intercorp.

Entonces, al mantenerse los precios altos, ¿No implicaría que entren más empresas a competir?

Sí, siempre y cuando no existan barreras a la entrada de la competencia, pero aquí uno compite con una cadena que esta verticalmente integrada y compra insumos a un precio más barato que otras empresas independientes. Eso es uno, y lo otro es, en donde te localizas. Una vez que la cadena ya desplego su red de establecimientos y ha racionalizado es muy difícil que alguien que se coloque cerca pueda competir con una farmacia que forma parte de una cadena importante.

Luego también hay que ver qué tipo de productos están vendiendo. Es mucho más barato comprar un medicamento genérico que comprar el medicamento de marca, pero como estas farmacias solo tienen el fin de lucro, no tienen ningún incentivo para vender el genérico. Es más, vi en un reportaje que estas cadenas de farmacias les pagan a sus trabajadores una comisión de ventas cuando venden productos de la marca del laboratorio. Entonces cuando el consumidor pregunta por el medicamento genérico, le dicen que no lo tienen, pero que hay otro medicamento “igualito” pero que cuesta 5 veces más. Son incentivos perversos. En el caso del consumo del producto farmacéutico del medicamento no es como comprarte un lapicero de una marca o la otra, en el cual si me suben el precio me compro otro. Por ejemplo, con respecto a los antibióticos, tú no puedes tomar otro antibiótico que a ti se te ocurra, tienes que tomar el antibiótico que el médico te recetó para un tipo de infección en específico. Entonces la elasticidad es bajísima, la elasticidad precio es muy baja. Por eso te pueden fijar el precio que ellos quieren.

¿Por qué si el precio sube no entran competidores? Porque los nuevos competidores no van a entrar con estos costos sino con costos más altos. Los costos de los insumos, el precio mayorista que enfrentan los independientes, es mucho más alto que el precio mayorista que pagan las cadenas que están verticalmente integradas por el laboratorio.

Teniendo en cuenta esto, y ya después de 2 meses después de la noticia de la concentración del mercado farmacéutico. ¿Cuál sería la medida de solución más factible ahora para evitar que esto se agudice en el futuro?

Bueno, ahorita no hay muchas herramientas porque ya no hay forma de revertir la decisión de fusión, ya tuvo lugar. Al final, la responsabilidad la tiene que iniciar un juez, ya que han archivado todos los proyectos de ley que se han elaborado en los últimos 10 años. Esos proyectos que regulan la concentración, que tienen todos los países del mundo, en América Latina, salvo Cuba. El Perú es el único país que no tiene, es una vergüenza. Me parece vergonzoso que no tengamos una ley que regule la concentración como la tiene Argentina, Chile, Colombia, Uruguay o Paraguay; todos salvo Cuba. Entonces el gran problema es ese. ¿Qué hacer hacia atrás? Es un poco difícil, pero los mercados se pueden seguir concentrando.

Una cosa que habría que hacer en estas circunstancias es fortalecer las redes del sistema púbico a través del sistema de los hospitales. Pero normalmente eso frena la recaudación fiscal, hay gente que boicotea y que prefiere mantener el tamaño del estado raquítico, fiscalmente hablando, con 12.9 de recaudación. Entonces, no hay presupuesto para el sistema de salud o para desplegar una red de distribución. Además, el Estado no tiene esa ventaja comparativa para vender medicamentos, pero es la única solución que queda, usar todos los centros de salud para poner farmacias. Ahí la complicación tiene que ver con el diseño, hay mucha corrupción. Hay evidencia de robo de medicamentos en la cual los mismos médicos son aquellos que los venden. Las extraen de los hospitales y se las llevan a las clínicas.

Entonces, teniendo en cuenta esta posible solución de fortalecer el sector salud por parte del Estado y bajo las condiciones en las que nos encontramos ahora que son la de una economía parada y moderado déficit fiscal, además de que se va a reestructurar el presupuesto público. ¿Sería entonces al menos en este contexto un poco difícil?

Ahorita por eso he dicho que es un crimen que se permita que esto ocurra considerando que las alternativas, las capacidades de respuesta del Estado están limitadas por el presupuesto fiscal. La única forma de hacer frente a una concentración de este tipo es que el Estado debería contrapesar este poder como ocurre más o menos -mal que bien- con Petroperú. Petroperú puede intervenir de alguna manera en la formación de precios decidiendo su política de precios. No hay una herramienta similar para el caso de salud en el país. En parte porque es un sistema plagado de corrupción, donde no hay políticas claras.

Me comentan hace poco que los médicos que van al Rebagliati, marcan tarjeta en la mañana y salen, se van a trabajar a las clínicas. Es decir, nos están robando a quienes pagamos impuestos, y eso a vista y paciencia de las autoridades. O sea, se ha prostituido el sistema cuando se ha perdido de vista que la salud es un servicio esencial al cual todos tienen derecho. Se ha convertido eso en una mercancía, en un servicio que se compra y se vende, con la evidencia de estos robos de medicamentos, dándole la vuelta al trabajo para irse a los privados a trabajar, enriqueciendo a los privados. En esas condiciones es bien complicado. Para entender el tema de los medicamentos hay que ver el bosque, las cadenas son una partecita del problema general, un sistema de salud totalmente desestructurado que responde más a intereses privados de grupos.

Por último, yendo un poco más allá, que es lo que nos espera a futuro, tomando en cuenta las posibles soluciones y diciendo que bajo las condiciones actuales no se puede hacer nada, ¿Qué es lo que se puede hacer a corto y largo plazo?

Si se puede hacer, no he dicho que no se puede hacer nada, he dicho que es difícil. Lo único que se puede hacer a corto plazo es fortalecer y expandir las redes de distribución minorista de medicamentos del sistema público.

Y pensando a más largo plazo, habría que pensar en todas las oportunidades que ofrece el desarrollo de una industria vinculada a la salud, el tema de los medicamentos tradicionales, la importancia en la investigación científica aplicada en este campo para responder al objetivo esencial que es mejorar la calidad de vida y salud de las personas (Eso es lo fundamental y ahí estamos muy retrasados). También está el tema vinculado a la propiedad intelectual, patentes y las posibilidades de acordar mejores términos en la negociación en los Tratados de Libre Comercio (TLC). Hay distintos campos en los cuales se podría avanzar muchísimo; todo lo que es transferencia de tecnologías, contratos de inversión con empresas extrajeras que vienen, fortalecer las universidades públicas en los en el campo de la biología, la genética, la botánica, etc.

Hay una serie de cosas que se podrían avanzar a largo plazo. A corto plazo está este proyecto de ley que creo que habría que apoyar para que no se nos venga otra fusión grandota, fortalecer la lucha contra los carteles y fortalecer el Estado en su capacidad de regulación.

Tomando en cuenta lo último que menciona, ¿Qué otra fusión peligrosa se aproxima?

El año pasado Sodimac y Maestro se fusionaron, lo que podría pasar es una fusión con Promart. Por otro lado, Cencosud podría absorber al grupo de Interbank o Vivanda. Todo el retail se podría fusionar. No hay ninguna ley que lo impida. También podría venir, como decía Elmer Cuba, Wallmart y comprarse a todas. Tenemos una sola cadena de distribución minorista de alimentos. La cadena de cines también podría fusionarse o la cadena de cementeras. Por otro lado, ya están muy concentrados los alimentos lácteos y podrían concentrarse aún más. También hay un proceso muy fuerte de concentración de tierras. Ahora hay más concentración de tierras de la que había antes de la Reforma Agraria.

Todo esto puede provocar un deslizamiento de la legitimidad del sistema económico. Muchos se olvidan de que hemos tenido terrorismo acá, la gente cree que ya desapareció y que ya no va a volver a ocurrir. O sea, si la cosa se polariza tanto, permitir que el poder económico se concentre tanto, no sé qué pueda ocurrir. No es que este alentando la violencia, pero hay que aprender de la historia, ya lo hemos sufrido y no tenemos que volver a sufrirlo. La mejor manera de combatirlo es con sociedades más equitativas, más dinámicas e innovadoras, con un buen modelo de crecimiento que sea inclusivo y que no discrimine.

 

Perfil del entrevistado:

Profesor Principal del Departamento de Economía. Experiencia en el servicio público peruano como Defensor Adjunto en la Defensoría del Pueblo, Viceministro de Comunicaciones, Vicepresidente del OSIPTEL y miembro del Consejo Directivo del OSINERGMIN, entre otros cargos. Ha sido investigador visitante en la Universidad de Oxford, presidente del Consejo Directivo del CIES y Economista Principal de Macroconsult. Actualmente integra el Consejo Directivo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), obra social de la Compañía de Jesús. Doctor en Economía en la Universidad de Massachusetts (Amherst), Magister en la PUCP y en la Univ. de Barcelona. Investigaciones en curso sobre políticas de desarrollo productivo y economía política de la regulación.

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