Económica

“El TPP sin EE UU pierde atractivo, pero no significa que las ganancias del comercio hayan desaparecido”

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«Lo bueno del TPP es que es suficientemente amplio para incluir varios países y varios tratados de comercio que ocurrían dentro de ellos. Al hacer una apertura más multilateral hay definitivamente ganancias al comercio, por lo que con o sin Estados Unidos el TPP sigue siendo atractivo.»

Ante un escenario internacional con nuevas estrategias de crecimiento, Gonzalo Llosa, profesor de CENTRUM Católica y experto en economía internacional, nos recibe para hablar sobre cómo estos eventos podrían influenciar en la actividad económica del Perú.

¿Cuáles son sus perspectivas de crecimiento mundial para los siguientes años?

Lo que hemos visto en los últimos ocho años es un crecimiento potencial más bajo a nivel global. Si antes estábamos creciendo a 4.5% anual, ahora a nivel global lo estamos haciendo cerca de un punto porcentual menos. Ello se debe, además de factores cíclicos –que son un legado de la crisis financiera–, a que el mundo está transitando a una situación de menor crecimiento de la productividad y mayor envejecimiento poblacional, especialmente en países desarrollados.

Con respecto al primer factor, es difícil predecir que ocurría en el futuro debido a que puede darse un cambio tecnológico importante y que dicho cambio se disperse en el mundo rápidamente. El segundo factor es más difícil de revertir porque depende de la dinámica poblacional.

Por el lado cíclico, las fuerzas deflacionarias del 2015 y 2016 se están agotando. En este sentido, ya no hablamos de una situación donde solo Estados Unidos se acelera, sino que además tenemos a Europa, Japón y varios países emergentes acelerándose. Es decir, a diferencia de lo ocurrido en los últimos años, casi todas las economías están comenzando a converger a su crecimiento potencial.

“Si bien el yuan gana preponderancia porque hay más transacciones que involucran bienes chinos, es difícil que reemplace al dólar en un contexto dónde todavía hay una deficiencia institucional importante”

China ha ejercido una de las mayores influencias económicas tanto en Asia como en América del Sur. De mantenerse este panorama, ¿podría desplazar a Estados Unidos como el país con mayor influencia económica internacional?

En el margen sí, China es cada vez más importante. Económicamente hablando, China es casi del mismo tamaño de Estados Unidos, pero existe una enorme brecha entre estos dos países en términos de desarrollo. Por otro lado, la condición de potencia económica y política de Estados Unidos no solo tiene que ver con el tamaño de su economía, sino también con que es una economía bastante robusta: no ha entrado en ningún episodio de impago en más de cien años, es una economía que concentra el desarrollo tecnológico, que absorbe el capital humano y que ha respetado en toda su historia los lineamientos democráticos que fueron establecidos en su Constitución. Observando estas características, en China falta cubrir esas cualidades. Asimismo, la robustez de Estados Unidos como economía se refleja en el dólar, el cual es un activo de reserva a nivel global. Si bien el yuan gana preponderancia porque hay más transacciones que involucran bienes chinos, es difícil que reemplace al dólar en un contexto dónde todavía hay una deficiencia institucional importante. Para que lo anterior ocurra se necesita que pasen muchos años en los que la moneda y el banco central chino se vuelvan más creíbles, los datos chinos sean confiables, exista mayor apertura económica y financiera y mayor participación de agentes externos en la tenencia de activos chinos. Todo lo mencionado involucra una serie de cambios institucionales importantes, por lo que no veo que sea un evento que suceda en los próximos diez años.

¿Qué les deparan a las exportaciones peruanas con una economía China creciendo cada vez menos y atravesando por un proceso de reformas económicas?

China crece cada vez más lento y está tratando de transitar de una economía liderada por la inversión –que es intensiva en el uso de commodities– a una liderada por el consumo intensivo en el uso de otros bienes. Dicha transición nos afecta de dos formas: crecemos menos porque la inversión en el sector minería se desacelera y porque el precio de nuestras exportaciones deja de crecer en el tiempo de manera acelerada. Esto es un reto para el país, ya que de la misma manera como China “rebalancea” su crecimiento, el Perú también lo está haciendo. El hecho de que el sol se haya depreciado en los últimos tres años es parte de dicho proceso. Ello refleja que para tener una mayor sostenibilidad externa y poder crecer sobre la base exportaciones debemos generar nuevas actividades exportadoras. El reto específico es cómo generar actividades exportadoras fuera del sector minero. En este sentido es importante que el gobierno primero provea la infraestructura adecuada para el sector transable –carreteras, puertos, aeropuertos–, que busque mayor apertura comercial para poder reducir las barreras comerciales y que ejecute una política que genere capital humano necesario para que los exportadores tengan una mano de obra altamente productiva e innovadora que les permita competir con Asia.

Aunque estos son factores productivos que serán necesarios para que el Perú haga esa transición fuera del sector minero, no se puede concluir que la actividad minera no es compatible con el crecimiento. La minería es una fuente importante de ingresos del Estado y dinamiza a los sectores adyacentes. Sin embargo, es importante que la recaudación proveniente de esos sectores se utilice de manera estratégica, ya que el mismo proceso de producción en el sector minero implica el agotamiento de esos minerales en el futuro, por lo que se tiene que invertir en construir nuevo capital como el capital humano vía la salud y educación, o infraestructura. Esa es la forma que el Perú pueda aprovechar ese recurso: reemplazando el capital que se va agotando y construyendo otro que nos brinde posibilidades de crecimiento hacia adelante.

“(Sobre el ‘Border-Adjustment Tax’) éste aún no ha sido aprobado por el Congreso, pero sería parte de la potencial reforma tributaria. Los daños de esa medida serían bastante grandes sobre la economía global)»

¿Cree que el proteccionismo que Donald Trump plantea implementar sobre el comercio tenga implicancia sobre el bloque comercial de la Alianza del Pacífico o sobre otros grupos comerciales importantes de la región?

No creo que el proteccionismo sea muy agresivo. Lo que ha ocurrido es que ha habido una moderación de Trump, desde lo que decía en campaña hasta lo que pueda hacer una vez que se enfrente a las instituciones norteamericanas –ahí se nota el valor de tener instituciones transparentes e independientes–. Estos balances de poder que ocurren dentro de la economía estadounidense permiten que políticos con ideas que puedan dañar su propio crecimiento no puedan plasmarlas en decisiones de políticas. Eso también hizo que Trump modere su discurso frente al comercio especialmente frente a México y China –los dos países a los cuales su discurso se dirigía–. Específicamente sobre el “Border-Adjustment Tax”, éste aún no ha sido aprobado por el Congreso, pero sería parte de la potencial reforma tributaria. Los daños de esa medida serían bastante grandes sobre la economía global. Si consideramos que Estados Unidos es una economía bastante abierta al mundo, existen suficientes incentivos internos para continuar así. Es difícil cerrar una economía que ya está abierta, debido a que ya se han generado interdependencias entre las compañías y el resto de países. Por ello, veo un escenario de un proteccionismo bastante moderado por el lado de Trump. Tampoco veo mucho ataque contra el comercio más allá de no promover la agenda de comercio internacional, lo que se evidencia en la salida del TPP donde simplemente dejó de impulsar esta agenda. Entonces, la postura de Trump tiende más por el lado de no impulsar agendas comerciales ante que por la reversión total de la apertura comercial en Estados Unidos.

¿El TPP sigue siendo provechoso sin Estados Unidos en el acuerdo?

Personalmente creo que el TPP sin Estados Unidos pierde atractivo, pero eso no significa que las ganancias del comercio hayan desaparecido por completo. Lo bueno del TPP es que es lo suficientemente amplio para incluir varios países y varios tratados de comercio que ocurrían dentro de ellos. Al tomar una apertura más multilateral hay definitivamente ganancias al comercio, por lo que con o sin Estados Unidos el TPP sigue siendo atractivo, más aun si consideramos que el TPP permite el acceso de los bienes producidos en el Perú a mercados en Asia, donde se concentra la población y donde se concentra el mayor crecimiento global. Si consideramos que nosotros tenemos acuerdos con Estados Unidos y Europa –acuerdos a los que no tiene acceso MERCOSUR–, nuestro país se vuelve una plataforma más atractiva para los países firmantes del TPP. Por todo ello, considero que es bastante positivo no solo para el flujo comercial, sino también para la inversión extranjera directa en el país.

Investigaciones muestran que existe una relación negativa entre los términos de intercambio y la productividad total de los factores (PTF) en economías emergentes. ¿Esta inferencia se cumpliría para el Perú? De ser así, ¿nuestra PTF está “limitada” por el entorno internacional?

Siempre la productividad de una economía pequeña y abierta va a estar relacionada con la productividad del bloque del resto del mundo, y la razón es que cuando un aumento tecnológico es lo que está generando mayor productividad en el resto del mundo, nuestra apertura comercial y financiera permite que fluyan las nuevas ideas y que sean adoptadas en el país receptor de los bienes, lo cual también puede incrementar nuestra misma productividad. Entonces, inclusive sin el efecto de los términos de intercambio (TI), nuestra productividad es en parte determinada por la de nuestros socios comerciales.

El otro tema es que, al depender de las exportaciones en minerales, estamos sujetos al ciclo económico y al ciclo de los precios de los commodities, lo cual plantea retos para los hacedores de política. Dichos retos se dan porque, en primer lugar, los precios de los commodities son muy volátiles y, en segundo lugar, porque esa volatilidad no es de corto plazo, sino de largo. Estas dos circunstancias generan que, al caer los TI, la productividad también lo haga y nuestro PBI potencial también. Este contexto pude durar cinco o diez años planteando una serie de retos para los hacedores de política. En primer lugar, debe existir mucha disciplina fiscal, la cual debe ser usada durante los booms y contracciones. Específicamente se debe ahorrar muchísimo en los tiempos de boom y comenzar a gastar y ser más expansivo en tiempos de recesión o de menor crecimiento. En segundo lugar, se debe tener un nivel de reservas bastante alto para poder, justamente, evitar que los flujos financieros salgan rápidamente de la economía ante la percepción de que se está transitando a un crecimiento potencial más bajo. Estos dos seguros, tanto el fiscal como el financiero, son esenciales. En tercer lugar –aunque es un tema que todavía no se ha demostrado tanto– considero que el hecho de estar expuestos a commodities también nos expone a la enfermedad holandesa: cuando hay un boom en el sector commodities, este comienza a atraer factores productivos de otros sectores, lo cual es eficiente, pero también puede ocurrir que atraiga factores productivos de sectores donde hay externalidades positivas, y esto termina generando una externalidad negativa en la economía. Para ello se necesitan políticas anticíclicas para mitigar el efecto de los commodities, tanto en el ciclo económico como en el crecimiento potencial.

Para finalizar, algunos expertos señalan que la tendencia decreciente del precio de los commodities corresponde a un súper ciclo que puede durar entre 20 y 30 años. ¿Usted cree que la tendencia del precio de los commodities que exporta el Perú obedece a de largo plazo como los súper ciclos?

En circunstancias donde hay precios de commodities menores al pasado pero por encima del costo marginal, para el Perú es importante seguir atrayendo inversión extranjera directa. Esto se logra con estabilidad macroeconómica y empujando reformas. Considero que los gobiernos pasados han vivido de la bonanza de los precios de los commodities y no han empujado las reformas en esos momentos, lo cual es una oportunidad desaprovechada.

Por otro lado, no creo que este ciclo de precios bajos de commodities vaya a durar mucho tiempo. Si bien el pasado nos habla de los súper ciclos, el entorno actual parece un poco diferente: en los últimos años ha habido un aumento muy fuerte del poder adquisitivo de las economías emergentes, especialmente Asia, donde hay una clase media joven que seguirá consumiendo y que tiene necesidades insatisfechas respecto a la clase media de los países desarrollados, lo cual definitivamente implica demanda por productos que el Perú produce. Eventualmente veremos que esa demanda va a comenzar a tener un mayor impacto. Además, en los últimos tres o cuatro años, ha habido una reducción sustancial de la inversión en el sector minero, lo cual hace que el balance demanda-oferta sea mucho más cercano al neutral y ya no a la existencia de un exceso de oferta. Por ello, mi impresión es una situación donde los precios de los commodities se mantienen estables y donde existe la posibilidad de que el crecimiento de los países emergentes se pueda volver a reactivar en los próximos cinco años, lo cual generaría una presión al alza en los precios de los commodities. No creo que sea al estilo 2006-2007, pero tampoco observo que estos precios tengan que caer en el futuro.

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