Autor: Diego Delgado
Resumen
¿Cómo entender las brechas de la vacunación contra el Covid-19? Alrededor de todo el mundo aproximadamente 4 de cada 10 personas aún no han sido vacunadas contra el Covid-19. Esto puede tener implicaciones serias sobre la salud pública. En un contexto así es necesario identificar las razones de esta brecha y encontrar soluciones inmediatas.
Palabras clave: Covid-19, vacunación, distribución, información.
Introducción
En los últimos dos años la vida de todas las personas en el mundo ha cambiado bastante. Hemos aprendido bastante pero, más que todo, hemos descubierto que no sabemos bastante. La pandemia ha sido un golpe de realidad y nos hemos tenido que adaptar a ella. Hemos tenido que incorporar prácticas que hasta hace dos años jamás habíamos imaginado.
Ante esto el rápido desarrollo de la vacuna parece haber sido la luz al final del túnel. Sin embargo, la esperanza y optimismo parecen haberse opacado parcialmente por dos hechos en los que aún podemos mejorar: una distribución más equitativa y una campaña de información más eficaz.
La crisis de la distribución
Solamente 59.7% de la población mundial parece estar completamente vacunado contra la COVID-19 (OurWorldInData, 2022). Aunque parezca una cifra alentadora por el corto tiempo en el que se ha alcanzado, es aún insuficiente. Esto se explica parcialmente por algo que lamentablemente se preveía: la desigualdad en la distribución de las vacunas. En un lado están Sudamérica y Europa, las regiones con las tasas de vacunación más altas, que tienen a 65% y 62% de la población completamente vacunada. Por otro lado, está África, en la cual solamente 10% de la población se encuentra completamente vacunada.
El acceso desigual a la vacunación es un hecho que por sí solo despierta cuestionamientos sobre nosotros como sociedad. Aunque desde un inicio se impulsaron medidas para afrontar la desigualdad en la distribución de vacunas estas no parecen haber sido muy efectivas.
Dosis aplicadas por cada 100 personas vs PIB per cápita en 2020
Fuente: OurWorldInData (2022)
Lo más probable es que aún no sea tarde para repensar una distribución más equitativa de las vacunas a lo largo del mundo. Cada vez parece que la vacunación será una política constante y no acabará pronto. Repensar la vacunación más equitativa debe ser también una tarea conjunta entre todos los actores responsables de que esta: empresas productoras de vacunas, cadenas de suministros y los estados.
La inequidad en la distribución de las vacunas explica parcialmente por qué casi la mitad de la población mundial aún no puede ser vacunada. Sin embargo, no es la única razón.
El rechazo a la vacuna: ¿irracional o incomprendido?
En los países en los cuales la vacunación parece haber tenido más alcance, existen personas no dispuestas a recibir una vacuna contra el Covid-19. El temor a algo nuevo es natural. A pesar de esto, los datos muestran cada vez más que la vacunación es una esperanza real para finalizar con la crisis actual. En este sentido el ascenso de la variante Omicron parecía amenazar el statu-quo vivido los últimos meses; sin embargo, las vacunas han demostrado, hasta el momento, ser eficaces para evitar complicaciones tras el contagio del Covid-19. Así lo demuestran los datos sobre fallecidos diarios al analizarse en conjunto con los datos de los contagios diarios
Ante esto parecería irracional el pensar en rechazar una vacuna, más aún cuando la pandemia nos ha enseñado que somos más vulnerables de lo que creíamos. Sin embargo, existen personas que motivadas por miedo deciden no hacerlo. Un error muy recurrente al abordar estos grupos es considerarlos a todos como parte de movimientos antivacunas. No obstante, no todas las personas que rehúsan a ser vacunados pertenecen a movimientos de este tipo (que muchas veces sí son irracionales).
Se debe comprender que el acceso a la información es aún muy asimétrico por diversos factores. Además, también es posible que la campaña de vacunación no se ajuste a las necesidades y obligaciones de todas las personas: horarios laborales que se ajusten a las necesidad y los descansos médicos pueden ser gozados por solo una pequeña fracción de la fuerza laboral.
El acceso a internet puede ser una herramienta muy útil para acceder a información y así tener un impacto positivo en las personas. Por ejemplo, Derksen et al. (2022) encontraron que al exponer a adolescentes al acceso a plataformas informativas, como Wikipedia, mejoraron sus calificaciones y su conocimiento sobre noticias. Una pregunta natural que surge es saber cómo se encuentra la conectividad a lo largo del Perú. En este sentido, Barrantes y Vargas (2017) encontraron que el acceso y los usos que se le brinda a internet son diferentes entre grupos etarios.
Además, Barrantes y Matos (2018) encontraron una fuerte heterogeneidad entre el desarrollo de ecosistemas digitales entre las regiones del Perú. En un contexto como tal no es posible exigir que todas las personas del país tengan acceso al mismo nivel de información. Así, el conocimiento sobre los beneficios de la vacunación se ve amenazado y, ergo, la salud pública.
¿Qué se puede hacer ante el poco alcance de la información?
Según Barrantes y Matos (2018), se debe tomar políticas de infraestructura básica, de alfabetización digital y políticas asociadas a la creación de nuevas plataformas digitales. En el mediano-largo plazo estás son las políticas a las que se debería apuntar. Sin embargo, el proceso de vacunación es un fenómeno que se debe afrontar en también en el presente inmediato.
Mediante estudios conducidos alrededor del mundo se han encontrado diversos medios para facilitar el acceso a la información como campañas de mensajes de texto que han probado ser efectivas para promover actitudes dirigidas al cuidado de la salud en los hogares. En este sentido, Dammert et al. (2014) encontraron que mediante una campaña de mensajes de texto con recordatorios se logró reducir la incidencia de dengue en Perú. En Ecuador, Hoffman et al (2020) encontraron que campañas de vacunación, dentro del centro y horario laboral, a trabajadores de bancos lograron incrementar la probabilidad de estos recibir vacunas contra la influenza.
Una vez que conocemos cuáles son los métodos más eficientes para conseguir que más personas se vacunen lo siguiente es identificar quiénes exactamente se rehúsan a vacunarse y por qué. Callaghan et al (2021) encontraron en Estados Unidos ciertos determinantes a la intención de vacunarse, de esta forma lograron identificar ciertos grupos que tienden a rehusarse.
Esta puede ser una labor complicada en un principio y más aún si no se tiene una fuente de datos certera. Sin embargo, mediante estrategias cada vez más útiles como la minería de datos es posible facilitar dicha labor. En este sentido, Baj-Rogowska (2021) encontró dimensiones valoradas por los usuarios al momento de vacunarse o dimensiones que desincentivan la vacunación a través de un análisis de los comentarios de usuarios en Twitter.
Conclusiones
Existen dos principales razones por las que aún no podemos que toda la población mundial se vacune: la inequidad en la distribución de vacunas y el rechazo a vacunarse por parte de algunas personas. Si bien son razones desconectadas ambas tienen una consecuencia común: ponen en riesgo a la salud pública alrededor del mundo. En este sentido es necesario pensar en estrategias para combatir ambos fenómenos.
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Bibliografía
Baj-Rogowska, A. (2021). Mapping of the covid-19 vaccine uptake determinants from mining twitter data. IEEE Access, 9(i), 134929–134944. https://doi.org/10.1109/ACCESS.2021.3115554
Barrantes, R., & Vargas, E. (2017). ¿Caminos distintos y destinos iguales?: análisis de la convergencia en patrones de uso de internet entre diferentes grupos etarios. 51. http://files.pucp.edu.pe/departamento/economia/DDD438.pdf
Barrantes, R., & Matos, P. (2018). El ecosistema digital y la economía regional peruana: Heterogeneidad y dinámica. https://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/176236
Callaghan, T., Moghtaderi, A., Lueck, J. A., Hotez, P., Strych, U., Dor, A., Fowler, E. F., & Motta, M. (2021). Correlates and disparities of intention to vaccinate against COVID-19. Social Science and Medicine, 272(January). https://doi.org/10.1016/j.socscimed.2020.113638
Dammert, A. C., Galdo, J. C., & Galdo, V. (2014). Preventing dengue through mobile phones: Evidence from a field experiment in Peru. Journal of Health Economics, 35(1), 147–161. https://doi.org/10.1016/j.jhealeco.2014.02.002
Derksen, L., Michaud-Leclerc, C., & Souza, P. C. (2022). Restricted access: How the internet can be used to promote reading and learning. Journal of Development Economics, 102810. https://doi.org/10.1016/j.jdeveco.2021.102810
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