«Let us suppose now that one day a helicopter flies over this community and drops an additional $1000 in bills from the sky, which is, of course, hastily collected by members of the community. Let us suppose further that everyone is convinced that this is a unique event which will never be repeated” (Friedman, 1969).
Con esta frase ejemplificadora, Milton Friedman proporcionó el punto de partida para una serie de reflexiones y discusiones sobre una noción que se conoce actualmente como helicopter money. Esta idea sigue siendo parte del debate económico actual, e incluso fue considerada como una medida a tomar frente a los efectos económicos adversos de la pandemia de la COVID-19 (Galí, 2020; Couppey-Soubeyran, 2020; Masciandaro, 2020). A continuación, se explicará de que se trata esta curiosa idea y algunos puntos del debate sobre la misma.
- ¿Qué es el helicopter money?
No existe una definición clara sobre esta idea, ya que, desde un inicio, Friedman no tuvo la intención de que se creara toda una corriente de discusiones a partir de la frase anteriormente citada, ya que solo buscaba ejemplificar su reflexión sobre la presencia de dinero adicional en una sociedad[1]. Reis y Tenreyro (2022) explican que el constante debate ha generado que existan distintas interpretaciones, por lo que también hay distintas posturas sobre cómo debe aplicarse. Por ello, los autores definen al helicopter money como una intervención que, por un lado, debe ir acompañada por un aumento de la base monetaria, lo que supone un aumento en los pasivos del banco central, y que, por otro lado, debe aumentar directamente el ingreso nominal (después de impuestos) de los agentes privados (Reis y Tenreyro, 2022).
No obstante, si se requiere de una definición más específica para un mejor entendimiento del tema, se optará por tomar como definición a una síntesis de múltiples artículos sobre el tema, como Ball et al. (2016), Galí (2020), Bartsch et al. (2019), Bernanke (2016) y Reichlin et al. (2019), entre otros, que definen al helicopter money como una política fiscal expansiva que actúa por medio de transferencias directas a los agentes, tanto públicos como privados, financiada por la emisión de reservas. Esta definición, por un lado, cumple con las dos condiciones establecidas por Reis y Tenreyro (2016), ya que la transferencia directa a los agentes aumenta la base monetaria y se incrementa su ingreso nominal; por otro lado, esta definición es la que más se acerca a la naturaleza de lo expuesto por Friedman (1969), ya que el tirar dólares desde un helicóptero es un símil a decir que se realicen transferencias directas a las personas, ya que, de una u otra forma, el dinero llega a sus manos directamente.
- Entonces, ¿se trata de imprimir dinero y dárselo a las personas en la mano?
No exactamente. Bernanke (2016) lo explica de una forma bastante ilustrativa. Supóngase que se aprueba un programa fiscal en el Congreso de Estados Unidos, por una única vez, por un importe de cien mil millones de dólares. Normalmente, es decir, si se aplica mediante alguna forma de política fiscal tradicional, esto supondría un aumento de déficit fiscal en el monto acordado, esto es, cien mil millones de dólares. No obstante, lo que Bernanke (2016) denomina como Money-financed fiscal program (MMFP), que es otra forma de referirse al helicopter money, se diferencia de las políticas fiscales ortodoxas porque no se da este aumento del déficit fiscal, sino que este tipo de programa fiscal se puede sustentar de las siguientes dos formas: una es que el banco central (Fed) acredite esos cien mil millones en la cuenta corriente del Tesoro en el banco central; la otra es que el Tesoro emita esos cien mil millones en deuda, y que la Fed acuerde comprar esa deuda y retenerla indefinidamente, de tal forma que cualquier interés generado devuelve al tesoro[2]. Sea de una u otra forma, la Fed debe comprometerse a no revertir los efectos del programa en la oferta de dinero. De esta forma, la idea central aquí es que el helicopter money implica inyectar directamente fondos en la economía sin depender de la emisión de nueva deuda pública, lo que se hace mediante la cooperación entre el Tesoro y la Fed.
Es precisamente lo último lo que diferencia al helicopter money de una simple impresión de dinero: el financiamiento en el contexto del helicopter money implica una coordinación estratégica entre la política fiscal y monetaria. El gobierno puede inyectar liquidez en la economía a través de la emisión directa de nueva moneda o mediante la emisión de deuda, que es comprada y retenida indefinidamente por la Fed. Esta coordinación busca estimular la economía de manera controlada, con la Fed comprometida a no revertir los efectos en la oferta de dinero. Por otro lado, la simple impresión de dinero puede llevar a riesgos como la inflación descontrolada y la pérdida de confianza en la moneda, ya que no hay un respaldo estructurado ni una planificación estratégica detrás de la creación de dinero. Así, la diferencia crucial radica en la responsabilidad y la coordinación entre las políticas fiscal y monetaria en el helicopter money, en contraste con la impresión descontrolada de dinero.
- El debate en torno al helicopter money
Para Sinn (2017), la aplicación del helicopter money es esencialmente igual a la monetización de la deuda pública[3]. Tanto si el gobierno emite un pagaré al banco central y distribuye el nuevo dinero a los ciudadanos como si el banco central distribuye el dinero directamente, no hay una diferencia significativa en los beneficios para los ciudadanos. Asimismo, el autor sostiene que implementar el helicopter money podría tener consecuencias negativas cuando la oferta de dinero ya es adecuada, ya que aumentar la oferta de dinero conduciría a una mayor inflación, afectando negativamente a los poseedores actuales de dinero en términos reales.
Dowd (2018) es un poco menos severo, y sostiene una similitud entre ambos tipos de política[4]. Entonces, el autor sostiene que la monetización implica un aumento explícito en la deuda del gobierno, lo que puede ser más transparente en términos contables, ya que cuando el Tesoro emite bonos que son comprados por el banco central, se registra un aumento claro en la deuda del gobierno. Este proceso podría ser más fácilmente rastreable y comprensible para el público en comparación con la emisión de helicopter money, donde el aumento de la oferta de dinero podría no ser tan directamente vinculado a la deuda. Por ello, una monetización de la deuda es preferible. Asimismo, aplicar el helicopter money implica decisiones de redistribución de naturaleza fiscal que corresponden más adecuadamente al gobierno, lo cual se podría interpretar como una intromisión del banco central en asuntos fiscales, por lo que la implementación de este tipo de política podría desequilibrar la separación de poderes entre el aspecto fiscal y monetario del gobierno (Dowd, 2018).
En cuanto a los defensores de esta política heterodoxa, Belke (2018) menciona que argumentan que, al proporcionarse el dinero directamente a los ciudadanos desde el banco central, la demanda adicional estimulada por este enfoque podría actuar como un estímulo para precios más altos y un mayor crecimiento económico. Esta idea es defendida por Buiter (2014), quien sostiene que el helicopter money funciona porque tiene el potencial de estimular la demanda agregada de manera directa y efectiva, incluso en situaciones de tasas de interés cercanas a cero, ya que al inyectar dinero directamente en manos de los agentes económicos, como los consumidores, se estimula el gasto y la inversión.
Belke (2018) también menciona que otros defensores plantean que, bajo el esquema del helicopter money, un banco central podría comprar deuda gubernamental y reemplazarla con préstamos sin intereses e indefinidos. De hecho, este punto es explicado por Dowd (2018): para contabilizar el «dinero helicóptero» en el balance del banco central, se emite dinero base adicional sin recibir activos valiosos a cambio, por lo que para equilibrar el balance se coloca un bono perpetuo sin cupón con un valor contable igual a la cantidad de dinero base recién emitido, pero con un valor de mercado de cero. Este bono ficticio representa la contrapartida para equilibrar el balance. Así, se argumenta que esto no provocaría un aumento excesivo de la inflación. Además, se propone que el banco central podría ofrecer sus propios valores de deuda para absorber cualquier exceso de dinero, controlando así el impacto en la economía.
- Conclusión
En resumen, se ha explorado qué es el helicopter money, proporcionando una definición acorde con su naturaleza teórica y diferenciándolo de la simple impresión de dinero. Además, se ha abordado, brevemente, el debate en torno a esta política no convencional. Se ha podido ver que este se centra en su implementación y sus posibles consecuencias. Algunos argumentan que es esencialmente equivalente a la monetización de la deuda pública, planteando preocupaciones sobre la inflación y la separación de poderes. Por otro lado, hay defensores que destacan su capacidad para estimular la demanda agregada, fomentar el crecimiento económico y controlar la inflación al inyectar dinero directamente a los ciudadanos. El debate persiste, reflejando la naturaleza controvertida de esta estrategia.
Bibliografía:
Ball, L.M., Gagnon, J., Honohan, P. y Krogstrup, S. (2016). What else can central banks do? Rep., Int. Cent.Monet. Bank. Stud.
Bartsch, E., Boivin, J., Fischer, S., Hildebrand, P. y Wan, S. (2019). Dealing with the next downturn: from unconventional monetary policy to unprecedented policy coordination. SUERF Policy Note 105, Eur. Finance Money Forum.
Belke, A (2018). Helicopter Money: Should Central Banks Rain Money from the Sky? Intereconomics, 53, 34–40. https://doi.org/10.1007/s10272-018-0716-9
Bernanke B (2016). What tools does the Fed have left? Part 3: helicopter money. Brookings.
Buiter, Willem H. (2014). The Simple Analytics of Helicopter Money: Why It Works — Always. Economics, 8(1) https://doi.org/10.5018/economics-ejournal.ja.2014-28
Couppey-Soubeyran, J. (2020). Helicopter money to combat economic depression in the wake of the Covid-19 crisis. Veblen Institute for Economic Reforms.
Dowd, K. (2018). Against helicopter money. Cato Journal, 38(1), 147-169.
Friedman, M. (1969). The optimum quantity of money and other essays. Macmillan.
Galí, J. (2020). Helicopter money: The time is now. En R. Baldwin y B. Weder (Eds.), Mitigating the COVID Economic Crisis: Act Fast and Do Whatever It Takes, 57-61, CEPR Press.
Masciandaro, D. (2020). Covid-19 helicopter money: Economics and politics. Covid Economics, (7), 23-49.
Reichlin, L., Turner, A. y Woodford, M. (2019). Helicopter money as a policy option. VoxEU
Reis, R. y Tenreyro, S. (2022). Helicopter Money: What Is It and What Does It Do? Annual Review of Economics, 14, 313-335. https://doi.org/10.1146/annurev-economics-051420-020618
Sinn, H. (2017). Helicopter money. En B. Frey y D. Iselin (Eds.), Economic Ideas You Should Forget, 129-130, Springer.
[1] Básicamente, lo que Friedman busca explicar es que cualquier efecto de distribución monetaria en una sociedad desaparecerá cuando se restablezca el equilibrio, y señala que incluso con ajustes instantáneos de precios, persistiría una trayectoria de ajuste debido a diferentes tasas de gasto entre ganadores y perdedores relativos. De esta forma, la presencia de dinero adicional, aunque puede generar cambios temporales, no alteraría las condiciones fundamentales a largo plazo de la comunidad.
[2] Es decir, los intereses pagados por el gobierno sobre la deuda en manos de la Fed no se retienen por la Fed, sino que se envían de vuelta al Tesoro.
[3] La monetización de la deuda ocurre cuando el Tesoro emite un bono que vende al banco central, y este último paga el bono con dinero base recién emitido. Posteriormente, el Tesoro utiliza el bono para realizar pagos en cumplimiento de los objetivos de política fiscal del gobierno.
[4] Básicamente por las diferencias entre el tipo de bono que es necesario para el balance del banco central una vez aplicada la política, sobre quién recae la decisión de la política, y las limitaciones políticas y legales de cada política.