En la conferencia de prensa del jueves 23 de abril, dentro de la actualización del avance del Covid-19, el presidente Martin Vizcarra dijo que “lo que se pretende en este momento difícil es que haya una real solidaridad de todos los peruanos”. Agregó que hay peruanos que pueden apoyar al resto de sus connacionales, pero para eso se requiere una norma de carácter de ley. Ello generó muchas incógnitas entorno al nuevo impuesto. Para los especialistas esta medida no sería la ideal en estos momentos, pues podría generar daño al largo plazo.
Poco se conoce sobre las intenciones del Gobierno frente a las modificaciones tributarias para definir un “impuesto solidario” en el marco del estado de emergencia por el COVID-19. El día de ayer, el Ejecutivo ratificó que dicha propuesta continúa en evaluación. Sobre el tema, la ministra de economía , Maria Anotienta Alva, señaló que se está evaluando algunas alternativas que, además de considerar los criterios de equidad y eficiencia, consideren la oportunidad en que se den las medidas, dado que se busca ser responsables.
La propuesta no se trata de un impuesto a la riqueza, pues no se contabilizarían bienes ni patrimonio de los contribuyentes, sino que se basarán en los ingresos de cada persona, según explicó el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos. Respecto a quienes afectaría, fuentes del Ministerio de Economía detallaron que el impuesto podría aplicarse para trabajadores en planilla que ganen a partir de S/10,000, es decir, personas naturales y no jurídicas.
Dicha medida generó diversas opiniones acerca del impacto que podría traer a la economía en estas circunstancias. Para comenzar, el profesor de la Universidad del Pacífico, Enzo Defilippi, considera que la medida planteada no es la apropiada para el momento económico en el que nos encontramos. Puesto que no tiene ningún sentido el que, en un momento en que el consumo y la inversión se han ido al piso, el Gobierno tome medidas que contraigan el consumo y la inversión. También, señalo que puede buscarse recaudar cerca de S/ 300 millones sin ningún problema en los mercados internacionales, ya que los inversionistas están dispuestos a prestarle al Perú.
Asimismo, el economista Waldo Mendoza señaló en una entrevista dada al Diario Gestión, que un impuesto al patrimonio sería uno de lo mas grandes errores, ya que los temas de impuestos se deben de pensar muy bien quizá en el futuro podrían evaluarse. En coyunturas como esta hay que pensar en políticas que no hagan daño al largo plazo, por ejemplo, la política de transferencias corrientes, o la de suspender temporalmente el pago de impuestos que, fácilmente, se van a poder deshacer cuando ya no sean necesarias. Entonces, no hay que meterse en complicaciones, en políticas temporales que afecten el largo plazo. Además, enfatizó que si el gobierno no tuviera recursos, o no pudiera endeudarse, podría justificarse un impuesto como ese, pero el gobierno no está en esa situación.
Por otro parte, el gerente general del Instituto Peruano de Economía, Diego Macera, explicó en una entrevista en Canal N, que el impuesto a los que más ganan, que está considerando el Gobierno, es «en realidad, en cierto sentido, sería algo parecido a incrementar la tasa a la que está afecta el tramo superior del Impuesto a la Renta para trabajadores dependientes e independientes, de cuarta y quinta categoría». En ese sentido, dijo que «probablemente esto no se pueda hacer a través de una modificación del IR o no se quiera hacer así, pues en ese caso recién tendría efecto hacia el próximo año y lo que se quiere, entiendo, es una recaudación solidaria, un poco más inmediata». Considera que lo que se podría hacer para obtener esa recaudación más inmediata es, a partir del próximo mes, poner una tasa extra sobre las personas que ganen S/10 000 soles brutos al mes para que paguen un porcentaje extra de esa remuneración para financiar temas, por ejemplo, relacionados con el sector salud.
Fuentes:
Gestión (1)
La República (1)