Es una realidad que el COVID-19 ha alterado la vida tal y como la conocíamos. Los efectos provocados por la pandemia nos han afectado a todos y aunque esta haya provocado bastantes problemas, como la ralentización de la economía, también ha impulsado grandes cambios, y en muchos casos acelerado, en varios aspectos de nuestra vida y en la economía, uno de los más destacados es la digitalización.
Si tenemos que concentrarnos en un gran cambio que han venido dando desde ya principios de la década pasada, ese es el de la digitalización. Desde que se pasó de escuchar música en los CD’s a hacerlo en dispositivos móviles, lo digital llegó para quedarse y es un hecho que la economía se está digitalizando a gran velocidad en los últimos años.
Si ya antes, la tendencia era a que la digitalización avanza cada vez más, en los últimos meses se ha avanzado más de lo que se había avanzado en años, por lo que están surgiendo otras oportunidades de negocio y las empresas se están viendo beneficiadas. Todo esto apunta a que el país pasará por este mismo proceso. Dado esto, es importante plantearse las implicancias de este cambio dentro de la economía peruana como la estructura que esta abarca.
¿Qué significa la digitalización para la economía?
Por digitalización nos referimos al proceso de convertir todos los procesos, ya sean económicos o no, que se daban dentro de un espacio público o con la necesidad de una interacción, en digitales; esto es algo que llevaba en desarrollo muchos y que la pandemia ha acelerado. Cabe precisar que la digitalización no implica destruir puestos de trabajo, sino que puede servir como impulso para la creación de profesiones nuevas que tengan como base la tecnología y, en general, un ecosistema digital; un ejemplo de esto es la demanda de algunas profesiones como expertos en Big Data, para las cuales no existe una oferta suficiente actualmente.
Sobre esto llegamos al punto en donde nace el termino digitalización de la economía. ¿Qué significa digitalizar la economía? Para responder esta interrogante es importante aclarar que esto no solo es un concepto que se encierra en una relación de la infraestructura del gobierno o de las empresas con los negocios en línea o los tramites por internet, la digitalización en una economía trata de transformar a fondo todos los aspectos de una economía como lo son el sector privado, la educación, el gobierno, etc.
Para digitalizar una economía, es necesario un ecosistema que permita el desarrollo de empresas digitales que sirvan como base para transformar digitalmente a toda la sociedad en su conjunto. Muchas organizaciones como OCDE o el Banco Mundial han señalado la necesidad de involucrar a los principales agentes económicos y todas las áreas de la economía para una satisfactoria transformación. En este punto entra la interrogante ¿Está preparado el Perú, y sus instituciones, para un proceso de esta magnitud?
Actualmente, la implementación de las herramientas digitales en el país es ha sido rápida y se ha vuelto imprescindible para muchas empresas y familias, debido al contexto actual. Por este lado, la digitalización ha estado asociada con una gran proliferación de oportunidades y la urgencia de la situación ha hecho entrar en conciencia a la parte política muchas veces reacia a los cambios y a lo que esto lleva consigo. Pero, aparte de la renuencia de algunos sectores, es obvio ver que, si este proceso no se sigue llevando a cabo y no se mejora, podría tener un alto coste para el Perú que podría desencadenar en atraso, una pérdida de competitividad, y la posibilidad de quedar rezagado de una recuperación económica mundial.
El índice DiGiX 2020, elaborado por el BBVA, muestra al Perú en la ubicación 86° de un total de 99 economías con una calificación de 0.31 sobre un total de 1. Se señala que si bien el país ha mejorado en su accesibilidad al Internet, aún sigue siendo un punto débil y, además, aún se siguen presentando deficiencias en la adopción de servicios digitales por parte en las empresas y el establecimiento de un claro marco regulatorio para este tipo de servicios, algo que claramente se pudo observar con la llegada de los servicios por aplicación como Uber o Rappi.
Mientras que en el índice GovTech 2020 del Banco de Desarrollo de América Latina, Perú obtuvo una puntuación de 4 sobre 10, superando a países como Panamá (3,9), República Dominicana (3,7), Bolivia (3,6), Ecuador (3,6), Paraguay (3,4) y Venezuela (2,3); además en el estudio se señala que si bien se ha mejorado en la adopción de las tecnologías en los procesos de las empresas y del gobierno, los resultados no han sido del todo óptimos, debido a la falta de una regulación y una educación digital en todas las regiones del país; además se destaca la necesidad de una creación de una estrategia nacional y que el gobierno esté profundamente involucrado en la tarea de suplir estas deficiencias que se encuentran presentes en el país.
Observando estos índices y el diagnóstico que arrojan sobre el país podemos observar que los principales retos para el Perú son un desigual despliegue de infraestructura que existe entre costa, selva y sierra, lo cual impide que el pleno desarrollo de la digitalización en el país y deja rezagada a las regiones que no disponen plenamente de los servicios necesarios; además, el marco institucional actual no resulta convenientemente para poder hacer posible el trabajo conjunto entre políticas públicas y las iniciativas privadas.
Finalmente, es necesario que tanto las empresas como el gobierno saquen provecho de las iniciativas que han sido desarrolladas por el contexto y adopten definitivamente el enfoque digital para así impulsar la competitividad y el desarrollo en el país.
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Fuentes:
Banco Mundial (1)
BBVA Research (2)
Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) (3)
Gestión (4)
