Al repensar el concepto de agente económico se podrá conocer más a fondo las motivaciones y la toma de decisiones que se hacen en la economía. Una de estas vías es explorar el lado altruista del individuo.
En la nota de hoy les presentamos una entrevista realizada al profesor Sam Bowles quien se desempeña como investigador del Instituto de Santa fe. En la entrevista se puede esbozar gran parte de su pensamiento acerca de lo que, en la rama económica, se conoce como homo economicus.
Esta acepción es usada como una simplificación del agente que es usado en la teoría económica para el análisis de diversos procesos e intercambios económicos. Este concepto engloba varios supuestos que hacen posible simplificar el quehacer de los economistas. Uno de estos supuestos es la motivación del agente, este es descrito como una persona racional que tiene a maximizar su utilidad, el cual es conducido por motivaciones puramente egoístas y que son orientados por el concepto llamado “mano invisible”.
Esta acepción que es aceptada por la teoría económica en buena parte, se debe a que solo se considera la acepción del agente económico descrita en la “Riqueza de las Naciones (1776), célebre libro escrito por Adam Smith, en donde se describe a un individuo motivado únicamente por su egoísmo y que, dentro de esta implicancia, la mano invisible logra el bienestar general de la sociedad. Sin embargo, hay otra acepción presente en un libro alternativo del mismo Adam Smith llamado Teoría de los sentimientos morales (1759). En este libro se introduce una concepto diferente a la de Las riquezas de las Naciones, en esta connotación el egoísmo no juega un rol principal en las motivaciones del individuo, sino que demuestra que hay situaciones en las que uno se pone en el lugar del otro, por un proceso de simpatía, a pesar que no obtenga beneficio de ello. Estas dos posturas no son contradictorias sino, por el contrario, son complementarias. Por lo tanto, estas dos acepciones permiten describir de una manera más integra las motivaciones del agente económico. (Smith 1988)
Dentro de esta misma línea de discusión, el profesor Sam Bowles provee algunas ilustraciones en donde los agentes pueden desarrollar estrategias cooperativas cuando estos participan en grupos que comparten reglas similares y que están dispuestos a sancionar a los que la incumplen. Sus estudios demuestran que los agentes no solo cooperan por razones egoístas, como en la acepción clásica del individuo de Smith, sino porque realmente están preocupados por el bienestar de otros.
Entrevista adjunta, hacer click aquí.
Fuente:
Vernon Smith. (1988). The two faces of Adam Smith. Southern Economic Journal , 65, 19.