El Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo finalizó la conformación de criterios para definir los periodos de actualización a los que se debe someter la evolución de los salarios mínimos luego de espacios temporales inestables en torno a ellos.
El martes 7 de mayo venció el plazo que se le dio al Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE) para establecer consenso, entre las organizaciones sindicales, gremios empresariales y los demás grupos que lo conforman, en torno a los criterios técnicos para el cálculo de la Remuneración Mínima Vital (RMV) que actualmente es de S/930. La propuesta que se está revisando en la Comisión Especial de Productividad y Salarios Mínimos del CNTPE se orienta a las condiciones que determinen la periodicidad del incremento del sueldo mínimo y no a la fórmula que lo establece. Dichas condiciones habrán de considerar los indicadores para el cálculo de la inflación, del aumento de la productividad y un tercer factor que permita cerrar la brecha entre la RMV y la canasta básica de consumo familiar. A fin del mes de mayo, el CNTPE revisará el informe de la comisión interna para darle parte al Ministerio de Trabajo, el cual otorgará la valoración final de los criterios establecidos.
Es preciso recordar que, aunque ha pasado poco más de un año del último incremento del sueldo mínimo, los espacios temporales entre los aumentos de la RMV han sido variantes. Según el portal estadístico del Banco Central de Reserva, transcurrieron, aproximadamente, 3 años y medio desde el primer incremento la década pasada hasta el segundo, periodo el cual se mantuvo ligeramente constante en las siguientes 4 alzas a lo largo de 10 años. Sin embargo, a partir del 2011, los tiempos de espera entre los aumentos de la RMV fueron más desiguales: pasaron 3 meses desde el último aumento para que el monto llegase a los S/ 600; luego, 6 meses para cerrar en S/.675; después, 10 meses para subir a S/750; y, por último, antes de la RMV actual, casi 4 años para ascender a S/ 850. Dicha inestabilidad temporal genera incertidumbre y no sigue paralelamente los cambios importantes de los precios de los productos principales que podrían darse en un espacio similar. De allí que sea importante establecer una metodología clara para condicionar el comportamiento de la RMV.
Sin embargo, las consideraciones para el aumento de la RMV dadas por el CNTPE y la misma idea de su incremento genera opiniones divididas. Por una parte, se dice que los aumentos del salario mínimo son perjudiciales para la creación de empleo formal y la economía general, tanto más si se considera que los últimos aumentos de la RMV han respondido a momentos políticos difíciles, antes que a análisis objetivos de la realidad del mercado laboral peruano, y que dichos aumentos acarrean más dinero de lo que se dispone cuando se consideran los llamados “sobrecostos” que una empresa debe conllevar. Todo ello causa que el costo de mantener a un trabajador sea mayor que la productividad que él mismo genera, en especial en cuanto a trabajadores informales. De aquí que también se diga que el aumento de los salarios mínimos sea perjudicial para los trabajadores informales y para las MYPES informales con potencialidad a pasar al ámbito formal.
Por otra parte, se dice también que el aumento de los salarios mínimos son una respuesta natural ante el aumento de los precios de los diversos productos que componen la canasta básica de consumo que siguen a la actividad económica del país, en general, y a los diversos fenómenos del mercado, en particular. Y si el problema recae en que la determinación de la RMV debe responder a condiciones de productividad, la respuesta habría de estar, entonces, en la manera de cómo impulsar el aparato productivo de la masa laboral peruana. Economistas como Alonso Segura y Piero Ghezzi detallan que, ante el problema de la informalidad y la poca capacidad de generar “empleos buenos”, son sumamente necesarias las políticas públicas que incentiven tanto la demanda por trabajadores como la oferta de trabajadores calificados. Este acompañamiento al dinamismo del mercado laboral debe responder a las múltiples dimensiones que en él se gestan, dado que todos los sectores difieren uno de otro y, por tanto, también sus trabajadores.
Al final, no solo se trata de aumentar el salario, sino de desarrollar más las políticas de impulsen el capital humano y la productividad que permitan cerrar la brecha existente entre la oferta y la demanda laboral, y, así, conseguir una RMV acorde a los parámetros del mercado y acorde, también, al derecho de poder llevar y ejercer una vida digna y de calidad.
Fuentes:
La República (6)
BCRP (7)