Hace unos días, el gobierno japonés publicó un informe sobre los resultados de la economía asiática en el 2013.
Los datos no son alentadores, pues solo creció 1,5% el año pasado, un porcentaje menor del que se esperaba (1,6%). Las principales causas de este bajo crecimiento se deben a la caída del consumo y la inversión.
Estos resultados suceden luego de transcurrido un año de haberse ejecutado el famoso «Abenomics», conjunto de medidas ejecutadas con el fin de estimular la economía japonesa, que llevaba más de 20 años de un estancamiento económico, producto de una burbuja financiera e inmobiliaria a fines de los 80, que después estuvo seguida de periodos de deflación. Básicamente se aplicaron tres medidas: gran expansión monetaria, estímulo fiscal y reformas estructurales. En un comienzo, estas medidas lograron reactivar la economía en los primeros meses. Sin embargo, en el último trimestre del 2013, el crecimiento fue casi nulo (0,2%).
Otro dato importante es el gran déficit comercial, a pesar de la depreciación del Yen. Aunque las exportaciones aumentaron, las importaciones también lo hicieron de manera considerable hasta alcanzar el mayor déficit comercial de su historia. Esto se debe principalmente a que Japón es un importador de hidrocarburos y materias primas, por lo que el alto costo a consecuencia de la depreciación no hizo que redujera su demanda.
Fuente:
_eleconomista.com.mx
_bbc.com