Económica

Día de la Mujer: Aún hay mucho por hacer

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Según un informe de la OIT, si las tendencias actuales continuan, se necesitarían más de 70 años para lograr colmar por completo la brecha salarial entre mujeres y hombres

Hoy, 8 de marzo, se conmemora la lucha femenina por una sociedad más justas para todos. Es un día para reflexionar sobre los avances logrados en temas de igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.

Orígenes

La primera celebración del Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. En Rusia, el 8 de marzo de 1917, según el calendario gregoriano, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, ellas salieron a las calles a protestar en contra de la monarquía y por la salida de la guerra. Posteriormente, después de la Revolución de Octubre, se oficializó esta fecha como una fiesta oficial en la Unión Sovíetica.

En 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) invitó a todos los países a que dedicaran un día del año como “Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”.

Pequeños, muy pequeños avances

A pesar de que ya se celebran más de 100 años del Día Internacional de la Mujer, ellas siguen experimentados grandes dificultades para lograr su pleno desarrollo, tanto en lo laboral como en lo social. Según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2017), entre 1995 y 2015, la tasa mundial de participación de las mujeres en la fuerza laboral, población económicamente activa, cayó de 52.4% a 49.6%. En el caso de los hombres, la cifra disminuyó de 79.9% a 76.1%

La brecha salarial entre mujeres y hombres a nivel mundial es de 23%; una mujer gana el 77% de lo que gana un hombre. Incluso si se considera la remuneración horaria, las mujeres siguen enfrentándose a una desigualdad salarial de un 10% o más por motivo de género. En el Perú, según el estudio de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR), los hombres ganan un 16% más que las mujeres en el sector público; mientras que, en el sector privado, la cifra asciende a 29%, para el año 2015.

Un dato alarmante del informe es que, aunque se han logrado ciertos progresos en la reducción de estas brechas, si las tendencias actuales prevalecen, se necesitarán más de 70 años para colmar completamente la desigualdad salarial por motivo de género.

¿Cómo disminuir la brecha?

Los estereotipos de género son expectativas que te impone la sociedad en las que ellas asumirán mayores responsabilidades de cuidado (en promedio, las mujeres se encargan al menos dos veces y media más de estas labores que los hombres), la infravaloración de las cualidades “femeninas” y medidas inadecuadas para conciliar la vida familiar y laboral representan grandes obstáculos para que ellas puedan participar en una igualdad de condiciones en la vida política, social y económica. Esto se refleja en que a pesar de que en muchos países existen más mujeres que hombres universitarios, ellas experimentan múltiples problemas para asegurar su igual acceso, participación y acceso en el mercado laboral.

Debido a esto, se deben motivar el establecimiento de objetivos, metas o cuotas por parte del gobierno y las empresas representan una medida importante para solucionar la grave falta de representatividad de las mujeres en la toma de decisiones. Asimismo, los sistemas educativos deben promover un mayor grado de participación de mujeres y hombres en campos de estudio y trabajo no estereotipados. En cuanto a las políticas, estas deben encaminarse hacia la implementación del principio de igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres.

La desigualdad de género no es un tema que solo perjudica a las mujeres. Si ellas no logran alcanzar todo su potencial, la economía también sufre por esta pérdida. Según un reporte del McKinsey Global Institute (MGI) (2015), si todos los países alcanzaran la tasa de mejoramiento que incrementa más rápido en su región, en términos de disminución de la disparidad laboral entre hombres y mujeres, se podría añadir hasta USD 12 billones, o un 11% al PBI del 2025. Si se logrará el escenario de “potencial completo”, dónde las mujeres juegan un rol idéntico al de los hombres en el trabajo, la suma asciende a USD 28 billones.

Fuentes:

Mackinsey Institute (1)

OIT (1)

SERVIR (1)

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