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Economía circular: una nueva propuesta para el Perú

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Actualmente, el modelo económico de producción utilizado por la mayoría de las empresas peruanas es el lineal. Esto consiste en la recolección de materias primas, que después pasan por un proceso de transformación con el objetivo de convertirse en un bien final destinado al uso o consumo. A través del proceso de producción, se generan residuos que son lanzados al medio ambiente o desechados en rellenos sanitarios. Sin embargo, lo que no se suele tomar en cuenta es que este bien final, a largo plazo, también se torna en un residuo. Por ende, todos sus componentes llegarán a ser desechados, los que, no obstante, podrían ser reutilizados y seguir circulando en la economía. Esto es lo que busca la economía circular.

Se considera a la economía circular como un sistema económico con un enfoque en la reducción de los residuos, reutilizando y reciclando materiales para la creación de nuevos productos. Se considera que este modelo económico hace un uso más eficiente de la energía renovable, a la par que elimina contaminantes y químicos tóxicos. Esta se apoya en el paradigma “reducir, reutilizar y reciclar”, el cual permite disminuir el impacto causado sobre el medio ambiente. El residuo se vuelve el protagonista de este modelo de producción, donde pierde tal condición y pasa a ser reconocido como materia prima para formar parte de nuevos productos.

Para definir mejor lo que propone la economía circular, Cerdá y Khalilova (2016) subrayan 3 principios fundamentales:

  1. Preservar y aumentar el capital natural, controlando los stocks finitos y equilibrando los flujos de recursos renovables. Lo que hace la economía circular es escoger recursos y tecnologías de manera eficiente y de alto rendimiento.
  2. Optimizar el rendimiento de los recursos, circulando siempre productos, componentes y materiales en su nivel más alto de utilidad, en los ciclos técnico y biológico. Lo que se propone es mantener los materiales y componentes circulando en la economía, de tal manera que se le extienda el tiempo de vida al producto.
  3. Promover la efectividad del sistema, haciendo patentes y proyectando eliminar las externalidades negativas.

De esta manera, se pueden reconocer como características principales de una economía circular la reducción de insumos y menor utilización de recursos naturales; una mejor distribución de energía, recursos renovables y reciclables; reducción de emisiones; una disminución de pérdidas de materiales y residuos; y una conservación más prolongada de los productos en la economía.

Según Prieto-Sandoval, Jaca y Ormazabal, en su artículo “Economía circular: Relación con la evolución del concepto de sostenibilidad y estrategias para su implementación”, la economía circular sigue el siguiente proceso:

  • En primer lugar, la extracción. Esto se da cuando las industrias toman los recursos o materias primas de su entorno. Se reconoce que las empresas deberían darles un uso más eficaz y responsable a estos recursos, de manera que disminuyan su impacto en la naturaleza.
  • En segundo lugar, la transformación. Las materias primas pasan por un proceso de “transformación” en el cual se convierten en el bien final a comercializar. Se sostiene que “[t]an pronto se obtienen los recursos, se debe procurar el desarrollo de las mejores prácticas tecnológicas e innovaciones ecológicas (eco-innovaciones) para que tanto el producto o servicio como su proceso se realicen de la manera más sostenible posible” (2017: 90).
  • En tercer lugar, la distribución. En esta fase del proceso, al momento de suministrar el producto o servicio al cliente, las empresas deben “garantizar la trazabilidad de sus productos y de manera eficiente reducir el impacto ambiental, tanto en rutas, como embalajes, como, a través de distintas prácticas, como la logística inversa” (2017).
  • En cuarto lugar, el uso. En esta etapa se le concede la responsabilidad del producto al cliente. La economía circular “propone reducir el impacto de la energía asociada al uso del producto o la eficiencia del propio producto” (2017: 90). Sin embargo, las empresas no se desvinculan totalmente de la responsabilidad del producto. Estas deberían conceder facilidades a los clientes para el retorno del producto después de su uso. De esta manera, se da paso al último paso del proceso.
  • La recuperación. El producto después de ser utilizado termina como un residuo. No obstante, este puede ser recuperado de dos maneras: “como un recurso biológico que puede ser devuelto a la biosfera o como un recurso técnico que puede ser reincorporado a un proceso industrial” (2017: 90).

La aplicación de este nuevo modelo económico en la sociedad puede traer varios beneficios ya sea para los consumidores como para los productores. Según Richard Sheposh (2017), este concepto trata de conseguir “más de menos”, enfocándose en un modelo de negocio que crea más puestos de trabajo, una mayor competencia y ahorro de recursos. Se puede encontrar que la economía circular reduce los costos de producción al reutilizar los recursos. Además, reduce el riesgo de fluctuación en el precio de materias primas, así como el precio ofrecido al consumidor. Por otro lado, se generan numerosos puestos de trabajo dentro de la industria de gestión de recursos, así como espacios para el emprendimiento. Las ventajas de su aplicación son evidentes, ya que formula el crecimiento de la economía con sustentabilidad ambiental.

Ya adentrándonos en la realidad peruana, el Plan Nacional de Competitividad y Productividad, en su objetivo por la sostenibilidad ambiental, propone una medida de política enfocada en la economía circular y acuerdos de producción limpia en los sectores de industria, pesca y agricultura. Para esto, se vio que los procesos productivos de la mayoría de las empresas peruanas cuentan con espacios para poner en práctica la sostenibilidad ambiental. En ese sentido, “[n]uestro país ha adoptado el enfoque de economía circular como un esfuerzo por atender el conjunto de consecuencias medioambientales negativas y evitables relacionadas con el modelo lineal de producción. Así, con la finalidad de adecuar progresivamente los procesos productivos lineales hacia los principios de economía circular, se aprobarán Hojas de Ruta que incentiven dicho enfoque inicialmente en el sector industria, promoviendo mejores prácticas en la generación y gestión de residuos industriales, así como el diseño de mecanismos para impulsar iniciativas innovadoras y tecnologías limpias” (2019: 44).

Lo que se espera es que los agentes económicos privados se trasladen del actual modelo lineal de producción hacia el de la economía circular, dado el proceso de extracción, transformación, distribución, uso y recuperación de los materiales, eficiencia energética, entre otros.

El Ministerio de la Producción (Produce), juntamente con el Ministerio del Ambiente (MINAM), anunciaron que la Hoja de Ruta destinada a la economía circular estaría aprobada y publicada para fin de año. Según Produce, esta Hoja de Ruta priorizará las medidas relacionadas con la reutilización, remanufacturación y reciclaje, e incluirá enfoques de innovación, financiamiento y otros aspectos. La ministra del Ambiente sostuvo que el paso de las empresas a un modelo de economía circular les permitirá ser más eficientes y sostenibles, elevando así su competitividad en el mediano plazo. Explicó que este modelo reducirá la presión sobre los recursos naturales mediante una mejor gestión de estos. Asimismo, mantendrá el crecimiento económico y generará un mayor bienestar a las personas.

Produce, mediante Innóvate Perú, facilita el acceso al financiamiento a varios proyectos de emprendimiento, innovación, transferencia de tecnología y fondos para mipyme. Según el coordinador ejecutivo de Innóvate Perú, hasta setiembre del año 2018, el programa apoyó a la ejecución de más de 3mil proyectos de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento. “Con estos proyectos orientados a la economía circular las empresas buscan llegar al mercado agregando valor a sus productos, generando ahorros sustanciales y cuidando el medio ambiente. Desde Innóvate Perú estamos comprometidos en apoyar estas soluciones para que logren atender adecuadamente las necesidades del mercado interno y externo”.

Sin embargo, este modelo de economía circular no es algo nuevo para algunas empresas peruanas. Desde hace 57 años, la empresa CILSA viene incorporando este enfoque en su proceso de producción, encargándose de reciclar aceites lubricantes automotrices de todo tipo. Otro ejemplo sería la empresa de transportes Pikango, la cual reutiliza el aceite de cocina desechado de un restaurante como biodiesel para los camiones. Con esto, genera ahorros de s/30mil mensuales. De la misma manera, la empresa Sinba reutiliza residuos de alimentos y los transforma en alimento animal de granja.

Es evidente, entonces, que el reciclaje y la transformación de productos son dos principales componentes para continuar con el modelo de economía circular. En el primer caso, el reciclaje está evolucionando, haciendo posible la producción de bienes de calidad sostenibles. Por otro lado, no todos los productos pueden ser reacondicionados en su totalidad, pero sus componentes poseen un alto valor. Así, con distintas capacidades de reelaboración, se pueden formar nuevos productos a partir de estos componentes.

Por su parte, la empresa de comunicaciones Claro adoptó este reto de reciclaje y transformación de productos a través de su programa “Yo reciclo, yo soy Claro”. En particular, se dedica al reciclaje de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE). Estos son cualquier dispositivo que utilice un suministro de energía eléctrica o una batería y que haya alcanzado el fin de su vida útil. ¿Por qué es tan importante reciclar estos aparatos? Estos residuos son una mezcla de materias primas escasas y valiosas, que pueden ser reutilizadas, y otros componentes que al ser liberados en condiciones inadecuadas pueden causar daños al ambiente. Por ejemplo, si una batería no se desecha de manera correcta, podría contaminar hasta 650mil litros de agua.

Dada la iniciativa de Claro y la Hoja de Ruta a ser aprobada, es probable que muchas empresas consideren adoptar la economía circular como su modelo de producción, tomando en cuenta todas las ventajas que plantea. El primer paso sería fomentar el reciclaje entre la sociedad peruana para después incentivar a las empresas a reutilizar piezas o componentes en sus nuevos productos.

Fuentes:

Cerdá y Khalilova (1)

Claro (2)

El Comercio (3)

El Peruano (4) (5) (6)

Gestión (7)

Innovate Perú (8)

Prieto-Sandoval, Jaca y Ormazabal (9)

RAEE Perú (10)

Revista Argentina de Microbiología (11)

Sheposh, Richard (12)

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