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Educación y Economía: La importancia de regenerar nuestro sistema educativo y su impacto en la economía

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La educación es sumamente importante para el aumento de la productividad pues se podría entender que mientras más alto sea el nivel educativo de las personas, estas recibirán mejores salarios y, por ende, podrían aportar al crecimiento económico incrementando el capital humano, consumo y la inversión. Sin embargo, muchas veces esto no se cumple. ¿Qué es lo que sucede?

El problema real del desempleo o del subempleo en el Perú podría ser parte de las consecuencias de una educación incorrecta o mal administrada. No obstante, en general el sistema educativo peruano (público y privado) genera ciertas dudas en función a su rentabilidad o retorno.

El día lunes 17 noviembre, en medio del evento “Aula Magna 2014” organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, que tiene por tema principal: “La Universidad del Siglo XXI: desafíos y propuestas”, la Dra. Elsa del Castillo, Rectora de la Universidad del Pacífico, hizo hincapié en los datos que el Dr. Gustavo Yamada había obtenido en un trabajo sobre los retornos a la educación[1] a nivel superior, universitario y no universitario.

Según los datos mostrados por Yamada, los profesionales que habían cursado una educación universitaria en una entidad pública tienen una tasa de retorno[2] de 14.7% y los que lo habían hecho en una universidad privada tienen una tasa de retorno de 12.2% (es válido decir que efectivamente el retorno de una universidad pública debe ser mayor, ya que la inversión es considerablemente menor). Sin embargo, lo más sorprendente de este hecho son los retornos en instituciones educativas superiores no universitarias; en estas el retorno en una institución pública es de 6.4% y el de una privada en de 1.2%.

Estos datos son un reflejo fehaciente de que en materia de educación superior no universitaria todavía falta mucho por mejorar.La increíble cantidad de instituciones educativas no universitarias o institutos técnicos privados ofrecen no solamente una oportunidad laboral inmediata, sino que esperanzan a sus alumnos con promesas salariales irreales. Esto último es la consecuencia de que en nuestro sistema educativo se permita que estas entidades ofrezcan información inexacta, lo cual genera un daño (a mediano o largo plazo) para los jóvenes que acuden a sus instalaciones.

Si bien es cierto, en los últimos años la oferta laboral para técnicos de educación superior no universitaria ha crecido, pero sólo hace falta revisar los requisitos de muchas convocatorias de empleo para darse cuenta que estos no serán cumplidos por la mayoría de estudiantes de esos centros educativos; lo cual conlleva a la necesidad de capacitarse más, es decir, aumentar la inversión en educación.

Asimismo, el tema de la educación es un problema no solamente de corte social, sino también económico. Por esta razón existe una rama de la economía que se dedica exclusivamente a estudiar la administración de la educación. La Economía de la Educación es una ciencia social aplicada que investiga y estudia la dimensión económica y las posibles alternativas conducentes, para que los recursos materiales y financieros limitados produzcan y satisfagan la necesidad y el derecho que tienen a la educación, los individuos de distintos grupos e instituciones (Fermoso: 1997). Vale decir que esta rama de la economía evalúa el entorno económico de una sociedad e intenta explicar cuál sería la manera óptima de distribuir la educación. Además, se basa en la teoría del capital humano, la cual postula que las capacidades de las personas son en gran medida adquiridas y no innatas, ya que estas se desarrollan mediante la educación en cualquier forma (Navarro: 2004).

Es imperioso entender, entonces, que la adquisición de conocimientos, capacidades y competencias es de vital importancia no solamente para generar capital humano, sino para poder desenvolverse en un ambiente laboral que explota al máximo estas adquisiciones, para así incrementar el nivel productivo en el sector donde se encuentre. Por ello, la educación es sumamente importante para la economía, ya que el incremento de la producción de una empresa hace que paulatinamente exista un efecto a nivel macroeconómico; es decir, un crecimiento en la economía nacional.

Existen diversos estudios acerca de la correlación entre la educación o el nivel educativo profesional de los ciudadanos de un país y el ciclo económico. A pesar de esto, no hay un consenso entre la existencia o no de una relación directa o indirecta al respecto. No obstante, el doctor Yamada hace referencia a unos datos interesantes en su paper: “(…) Sin embargo, regresiones con datos acumulados pool sí muestran una relación positiva con el ciclo: los retornos promedio lineales bajan hasta 7% en periodos recesivos y aumentan hasta 11% en periodos de expansión económica”(Yamada: 2004). A partir de esto, podríamos afirmar que la educación, reflejada en sus retornos, posee un carácter procíclico en relación al comportamiento de la economía.

Esto sería apoyado por la teoría de Theodore Schultz sobre inversión en el capital humano, ya que afirma que “el crecimiento del producto nacional de los países es el resultado de esta inversión (en capital humano) de la misma manera que el crecimiento del nivel de salarios de los individuos está ligado al aumento de su inversión en capital humano”(Navarro: 2004).

Ahora bien, en el marco del sistema educativo peruano, es imposible no percatarse que la educación es excluyente para cierto grupo de personas (provenientes de hogares con menor ingreso), a pesar de la importancia que se le ha dado a la educación superior como factor para disminuir la desigualdad en nuestra sociedad, ya que esto no sucede en la realidad (Ascensios: 2005). Si se observan las cifras del censo universitario del año 2010, se puede ver que cerca del 73% de los estudiantes de pregrado que estudian en los centros de educación superior universitaria son apoyados económicamente por sus padres. Esto revelaría que son los padres quienes determinan la institución educativa superior a la que asistirán sus hijos en base a su restricción presupuestaria, y esto sumado a los niveles de empleo que existen en la economía, podría justificar esa exclusión. Por otro lado, la gran mayoría del 27% restante, es decir, de los estudiantes que costean sus estudios con trabajos, solo pueden acceder a una educación que implique menores costos (y muchas veces, menor calidad).

Con esta información conjunta, se concluye que i) la educación es de vital importancia para el aumento de la productividad; ii) aunque todavía hay mucha información que podría procesarse para obtener un resultado global, se tienen indicios de que nuestro sistema educativo debe mejorar, si es que tenemos una proyección al futuro de crecimiento continuo; y iii) el estudio de la Economía de la Educación en el Perú tiene por objetivo generar políticas que logren crear una educación igual de beneficiosa para todos y al alcance de cada uno de los peruanos. Finalmente, la reflexión final sería motivar a los economistas, y a los futuros economistas, a dedicarse al estudio de esta rama de la economía tomándola como una inversión que dará frutos a largo plazo.

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Fuentes:

Yamada, Gustavo (2004) “Retornos a la educación superior en el mercado laboral: ¿Vale la pena el esfuerzo?”.

Navarro Gómez, María Lucía (2004). Manual de economía de la educación.

Fermoso, Pacciano (1997). Manual de economía de la educación.

Ascencios, Roger en Porto, Alberto (2005). Economía de la Educación Universitaria.


[1]Los retornos a la educación se entienden como el ingreso adicional que un individuo obtiene por haber cursado un año adicional de educación (Yamada, 2004).
[2] Se utiliza la Tasa Interna de Retorno (TIR)

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