Económica

El desarrollo sostenible en el urbanismo y el ordenamiento territorial

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Apropósito del Día Mundial del medio Ambiente, la necesidad de la planificación y una acción conjunta por parte de las autoridades competentes es una constante en nuestras sociedades actuales. Un enfoque de Desarrollo Sostenible por medio de estos elementos aun está en espera. Presentamos este interesante artículo en Económica.

 

 

Muchos de los problemas actuales en las ciudades y el territorio en general, son fruto de dos razones fundamentales: Uno, el modelo de ciudad difusa implementado hace varias décadas, que promueve la ocupación del territorio en forma dispersa, zonificando el espacio y asignándole una función a cada zona de este; lo cual trae consigo un mayor gasto de materia y energía, inadecuado uso del suelo, segregación social de la población, etc.; y Dos, una gestión sectorial del territorio, que favoreció la disociación entre el  ordenamiento territorial y el medio ambiente, reduciendo el espacio de actuación de ambos temas.

                         

El proceso de urbanización y la planificación. Ciudad difusa vs ciudad compacta. Institución Universitaria Colegio Mayor Del Cauca. 2014.

De esta manera advertimos que, el desafío para lograr una planificación urbana sostenible es superar aquellos dos modelos que hasta la fecha han venido imperando en la planificación del territorio: la ciudad difusa y la gestión sectorial de las políticas públicas, cada una contribuyendo al deterioro en la calidad de vida de la población y la degradación del ambiente. Parte del desafío implica la inserción del principio del desarrollo sustentable en el urbanismo y la ordenación del territorio.

Esta nueva visión de planificación deberá enfrentar los problemas más acuciantes, entre los que destacan: la insostenible movilidad urbana, reflejada en la cogestión de las redes de transporte, en el privilegio al uso del automóvil en perjuicio de los ciudadanos y su espacio público (áreas verdes, de recreación, peatonales, etc.), en la pérdida de tiempo en el desplazamiento en busca de servicios (educación, industria, comercio, residencia, etc.), altos índices de contaminación ambiental; el empobrecimiento de la ciudad, evidenciado en la disminución de los contactos o relaciones entre los ciudadanos, perdiéndose la identidad con el espacio y desconectando el tejido social, creando espacios exclusivos y de segregación social, condicionada generalmente al poder adquisitivo de la población; la concesión de áreas de gran valor agrícola o natural con fines de expansión urbana; políticas públicas de planificación que no se corresponden con las necesidades de la población, la ciudad y el territorio, y que en su mayoría prescinden de la democracia participativa; en suma, un ambiente deteriorado y un desequilibrio territorial evidente.

 

 

Carlín. La República. Abril, 2014.

 

Los escasos recursos financieros para la gestión del territorio y las ciudades, han sido la excusa perfecta para ceder ante los intereses económicos y de mercado, favoreciendo y convirtiendo a las empresas en actores claves del crecimiento económico, muchas veces, en perjuicio del ambiente. El desarrollo urbano sostenible supone equilibrar los intereses económicos y sociales, frente a los ambientales, teniendo como premisa de la sostenibilidad equilibrar estas dimensiones para asegurar las necesidades de las generaciones futuras.

En ese contexto, el urbanismo sostenible involucra una forma de planificación en la que primen mejores prácticas en la gestión del territorio, que promuevan el desarrollo y adecuada calidad de vida. Deberá ser precisa la implementación de instrumentos jurídico-públicos acordes a cada realidad. Insertar el Derecho Ambiental en el urbanismo y el ordenamiento territorial, suponen instrumentos eficaces. Recogiendo el ejemplo de la Comunidad Europea, se pueden plantear instrumentos no normativos como los Planes, Estrategias, Programas de Acción Medioambiental, Ordenaciones Urbanísticas Polimunicipales, entre otros; o normativos, como las Directivas, Reglamentos, etc.

 

 

La CORCULL – Comité de Rescate de las Cuencas de La Libertad.

 

La aplicabilidad de estos instrumentos dependerá de:

–       La aprehensión del principio de sostenibilidad de parte de los actores de la planificación (estado, sociedad y empresa). De esta manera se busca una visión concertada y se valida este proceso, haciéndolos corresponsables del desarrollo.

–       Considerar adecuadamente las escalas espaciales, temporales y sectoriales. Deberán plantearse instrumentos acordes a las características geográficas del territorio (campo – ciudad) y la extensión de este; al tiempo de construcción, recuperación o regeneración de las infraestructuras o recursos naturales, respectivamente; y, en el aspecto sectorial, plantearla siempre y cuando se considere dentro de una política integral y superior de ordenación territorial.

–       La capacidad de alcanzar el equilibrio entre los límites admisibles de impacto sobre el ambiente y la disposición de las actividades en el espacio, de forma tal que se satisfaga los intereses sociales y económicos, respetando la capacidad de recuperación del medio ambiente.

–       Asegurar la calidad de vida de la población presente y futura. En este aspecto, el ahorro energético y la reducción de la huella ecológica, se convierten en indicadores claves de la eficacia del instrumento. Asimismo, el cambio hacia un modelo de ciudad compacta, con el consiguiente logro de una movilidad urbana sostenible, el impulso de espacios públicos que fomenten la recuperación del tejido social y la participación activa de los ciudadanos en las decisiones sobre la construcción de su ciudad y territorio.

Finalmente, podemos decir que el desarrollo urbano sostenible implica una visión holística e integral del territorio, que sobrepasa los límites de la ciudad y por tanto del ejercicio de gobierno municipal; lo cual involucra vencer el reto que significa la coordinación y concertación, para la gestión y planificación del territorio, entre los gobiernos locales, regionales y nacional, con la finalidad de promover la coordinación horizontal y formulación de políticas públicas de carácter transversal e implementación de instrumentos de carácter flexible y participativos, acordes a las exigencias de la población y el ambiente, manteniendo el equilibrio entre la economía y la racionalización en el uso de los recursos.

  

(*) Nidia N. Irureta Salvatierra

Especialista en Urbanismo y Desarrollo Sostenible

Profesión: Ingeniería Geográfica

Maestría en Planificación y Gestión Urbano y Regional, Especialista en Urbanismo y Desarrollo Sostenible, y Sistemas de Información Geográfica.

Experiencia profesional acreditada de más de 10 años en la administración pública (Presidencia del Consejo de Ministros) y privada.

Ha desarrollando su experiencia profesional en temas relacionados a la planificación a nivel nacional, regional y local, negociación y manejo de conflictos, diseño y aplicación de sistemas de información geográfica y construcción de base de datos georeferenciada.

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