Parece que la memoria de los peruanos es frágil. Como sociedad tenemos esta tendencia a externalizar nuestras preocupaciones y creemos fácilmente que los desastres y las catástrofes no llegarán a nosotros. También creemos que no somos parte del problema, lo cual es claramente una falta de empatía e identidad con nuestros compatriotas. Evidentemente, esto no es solo cuestión del ciudadano de a pie, sino también de las autoridades que creen exactamente lo mismo; tanto así que planifican, presupuestan y ejecutan como si los desastres naturales no fueran un peligro latente en nuestro país. La memoria les falla, o carecen de ella, en muchos sentidos, y su repercusión está en la gente que depende de ellos como gobierno central, regional y local; está en la gran cantidad de pérdidas humanas y materiales que ha ocurrido en la última semana.
Si bien los medios de comunicación se han concentrado en las zonas afectadas de Piura y Lima, en realidad, en todos los departamentos del Perú se han registrado pérdidas materiales y humanas. Según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), existen 552,866 personas afectadas por los desastres a nivel nacional. Las intensas lluvias han dejado más de 62 mil damnificados, 7 mil viviendas colapsadas, 900 centros educativos afectados y miles de áreas de cultivo, tanto en Piura como en Ica, destruidas. Dentro de las pérdidas humanas, se cuentan con 62 personas fallecidas (entre ellos una niña de 6 años), 11 desaparecidos y 170 heridos. Lastimosamente, la situación se mantiene crítica. En Lima y en el norte se encuentran varios ríos en alerta roja ante el incremento de su caudal y representan un peligro para las poblaciones cercana a sus cauces; asimismo, diversos tramos de las carreteras se encuentran interrumpidos o restringidos, lo cual dificulta la evacuación de los afectados y la llegada de ayuda.
En el marco de esta alarmante situación el gobierno ha decidido actuar. Sin embargo, sin dinero no hay acción. Es así que el día de hoy, el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, junto con el ministro de Economía, ha declarado que el presupuesto destinado para situaciones de emergencia ha ascendido a 2500 millones de soles, agregando 1500 millones más a los 1000 ya destinados. Haciendo hincapié a la flexibilidad presupuestal, el gobierno ha decidido aumentar el gasto en los ministerios más afectados para priorizar las necesidades presentes. Entre estos se encuentran el ministerio de Educación, orientado a la continuidad de clases; Salud, en obras de mantenimiento; Vivienda, en la evaluación de infraestructura colapsada; Defensa; Agricultura y Transporte.
Aunque la solución ha sido direccionada a un mayor gasto público, no debemos dejar de lado el apoyo conjunto. Diversos ministerios se han enfocado en organizar la ayuda, por ejemplo, la Cancillería ya está coordinando con sus misiones las donaciones provenientes del extranjero. De igual manera, la Policía Nacional del Perú (PNP) ha desplegado admirables operaciones de ayuda y rescate de las personas y animales afectados por los huaicos. Recordemos que en tiempo de crisis el apoyo de las empresas privadas y de los mismos ciudadanos organizados es indispensable. Dejemos el lado geográfico que demarca el Perú en departamentos y demostremos lo que somos hermanos de una misma patria. Es por eso que Económica se une al apoyo humanitario e inicia su proceso de colecta de donaciones, porque familia somos todos. Habrá pérdidas humanas y materiales pero todo este desastre que está afectando al Perú pasará, como lo ha dicho el presidente en los últimos días. Con el tiempo se construirán nuevos puentes, casas y otras infraestructuras que reemplazarán a las ya dañadas. Solo esperamos que cuando la situación mejore, tomemos una posición más activa respecto a la prevención de estos desastres.