Económica

Estado Islámico: ¿Como enfrentarlo desde el ámbito económico?

Compartir en:
Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

DAESH, o como se han denominado, Estado Islámico (EI), es probablemente el grupo radical más rico del mundo. Por ello cabe preguntarse ¿Cuáles son sus principales fuentes de ingreso?, ¿Que modelo económico imponen? Ambas cuestiones serán analizadas en breve. Sabemos que Europa y Occidente evalúan sus respuestas militares y políticas contra el EI; sin embargo, ellos también deben hacer uso de otra estrategia: seguir el dinero. 

Recaudar dinero en efectivo es algo que sabe hacer muy bien el Estado Islámico. De acuerdo a BBC Mundo, sus principales fuentes de ingreso son 6: Las donaciones por parte de donantes ricos privados y organizaciones benéficas islámicas en el Medio Oriente,en particular en Arabia Saudita y Qatar. Además, este grupo genera hasta US$ 10 millones al mes del contrabando de petróleo. El secuestro también generó al menos US$20 millones en pagos por rescates en 2014. A su vez, DAESH obtiene varios millones de dólares mensuales a través de la extorsión a quienes viven en las zonas bajo su control total o parcial, de acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Por otro lado, ante su poderío, las minorías religiosas se ven obligadas a pagar un impuesto especial, llamado «jizya». Y finalmente lo mas deshumanizado, el Estado Islámico también ha recaudado fondos mediante la venta de niñas y mujeres secuestradas como esclavas sexuales.

El Estado Islámico impone un modelo económico profundamente intervencionista. El totalitarismo que exhibe el Estado Islámico a la hora de controlar a las millones de personas que viven en su territorio también se manifiesta en un régimen económico marcado por una total y absoluta represión. Los refugiados que han escapado de la zona denuncian que muchos negocios han sido cerrados por criterios ideológicos y religiosos. Es el caso de los comercios gestionados por mujeres, que van desde peluquerías hasta clínicas de salud. En los mercados de las ciudades, el control de precios atenaza el negocio diario de los comerciantes y la inflación es la norma. Frente a ello, unirse al EI puede ayudar a dejar de sufrir las nefastas consecuencias de una agenda económica profundamente intervencionista. Los terroristas y sus aliados gozan de diversos privilegios que ayudan a mitigar los efectos de las medidas que soporta el resto de la población.

Simultáneamente, los riesgos globales refuerzan el oro y el crudo tras los ataques en París; el euro cae a mínimos de seis meses y el cobre rompe el suelo de los últimos seis años (click aquí para obtener mayor información). 

En suma, derrotar al DAESH o Estado Islámico requerirá la aplicación de presión financiera, así como de poder militar.

Debemos resaltar que ya se están tomando medidas drásticas. El ejército estadounidense está realizando bombardeos a los campos de petróleo del grupo en el este de Siria y destruyendo sus camiones de contrabando, así dañará sus resultados finales. Además, muchos de los colaboradores financieros del EI han sido sancionados. Los esfuerzos internacionales para investigar y cortar la generación de dinero (como el Counter-ISIL Finance Group) también están logrando avances.

No obstante, hay más por hacer. Los países deben dejar de pagar rescates al Estado Islámico, y animar a las aseguradoras a hacer lo mismo. Asimismo, las agencias de inteligencia deben coordinar mejor sus investigaciones sobre los intermediarios que facilitan las ventas de petróleo. Los bancos y las casas de subastas deben estar más atentos a cortar el comercio de antigüedades robadas.

Los países vecinos, principalmente Turquía, todavía tienen que hacer más para detener el flujo de bienes y dinero ilícito a través de Irak y Siria. A la vez, el banco central de Irak debe tomar medidas enérgicas contra las empresas financieras que canalizan dólares al Estado Islámico y sus asociados.

Desmantelar el aparato de extorsión expansiva de este grupo será muy complicado, pues requerirá debilitar su control sobre las poblaciones locales a través de ataques aéreos, disminuyendo su apoyo entre los sunitas descontentos; es decir, requiere una solución militar y político global.

Si bien todavía el EI es capaz de causar gran daño, es casi seguro que, si seguimos con estas drásticas medias, no podrá mantener su recaudación de fondos, y su dominio estará económicamente arruinado. A medida que otros países se vuelven más agresivos a la hora de exprimir su financiación, se acercará más rápido su fin.

Fuentes:

Economía Digital

El Comercio 

Gestión

Libre Mercado

 

Artículos recientes

Suscríbete a nuestro boletín

No te pierdas nuestras últimas publicaciones.

Artículos relacionados