En el Perú, la informalidad laboral tiene una gran presencia dentro del mercado laboral. Esta se encuentra presente en el 70% de la población económicamente activa en el país. Esta cifra es superior en relación con el nivel de informalidad de otros países en Latinoamérica que poseen un rango en promedio de 50%. Estos datos reflejan algo preocupante y es que, nuestro país, es uno de los países con una de las mayores tasas de informalidad laboral en la región. Aun cuando, se ha reducido en 10% estos niveles en la última década, el porcentaje actual se resiste a seguir bajando.
La informalidad se encuentra más presente dentro de las microempresas peruanas donde la tasa llega a un 90%. Por otro lado, en la pequeña y mediana/gran empresa esta tasa es del 50% y 19% respectivamente. Además, los datos nos mencionan que la informalidad no solo se encuentra activa en empresas informales sino también se ve presente en empresas formales. Es así, que el 22% de trabajadores informales se encuentran en el sector formal y el 78%, la gran parte restante, pertenece a empresas en el sector informal. Se evidencia, por lo tanto, como la mayor parte de la de esta masa laboral informal se encuentra dentro de microempresas de corte informal, pero también hay un porcentaje significativo perteneciente al formal.
Para entender mejor este fenómeno es importante estudiar los distintos conceptos que lo rodean. ¿En qué se diferencian el sector informal con el empleo informal? ¿a qué se le llama economía informal? En primer lugar, el concepto de empleo informal. Se define como al conjunto de trabajadores con empleos de baja productividad y bajos salarios que no poseen los beneficios estipulados por la ley como la licencia por enfermedad, seguridad social, vacaciones pagadas, etc. (INEI, 2014). Es importante mencionar también que el empleo informal incluye tanto a los asalariados como aquellos que trabajan de forma independiente. Así, el porcentaje de empleo informal en total es de 70%, como lo mencionado anteriormente, pero de asalariados informales representa un 46,5%. Por otro lado, el sector informal se refiere a las pequeñas unidades de producción que tienen como objetivo principal la creación y generación de empleos e ingresos para sus trabajadores (OIT, 1993). Esta definición es importante, porque marca una diferencia entre el empleo informal y el sector informal, debido a que este último se enfoca en el conjunto de unidades de producción, mientras que el otro al total de trabajadores. Por último, la economía informal engloba a ambos conceptos puesto que engloba a todas las actividades económicas, empresas, trabajos, y trabajadores que no se encuentran regulados por el Estado (OIT, 2013).
En este artículo, se utilizará el concepto de empleo informal para referirnos a la informalidad laboral a nivel nacional. Entonces, se puede identificar que las causas que provocan la informalidad laboral son diversas. En principal, según Loayza, la informalidad se forma cuando los costos de formalización son más altos que los beneficios que esta conlleva. En su estudio se comprueba como la mala calidad de los servicios públicos, la austera capacidad del gobierno en hacer cumplir las leyes, las restricciones que provoca el marco normativo y legal son factores institucionales que incentivan el aumento de la informalidad. Junto a estos también se cuentan factores estructurales como la deficiencia en una buena educación, o sea, el desarrollo de capital humano y fuertes presiones demográficas. En consecuencia, se da una poca movilización hacia los empleos formales de parte de trabajadores provenientes del sector informal como desempleados en búsqueda de trabajo. Inclusive, como se puede ver en los gráficos es más fácil para un desempleado en Perú encontrar un empleo en el sector informal.
El hecho de que gran parte de la población este involucrada en el sector informal representa costos para el mismo individuo, para las empresas y para la sociedad. En el informe hecho por CEPLAN mencionan que los costos que enfrenta el individuo consisten en la falta de seguridad laboral, bajos salarios, ausencia de servicio de salud y de pensiones. En segundo lugar, por el lado de las empresas, microempresas o negocios independientes, el principal costo es la baja productividad. Por último, el costo para la sociedad se refleja con la evasión de impuestos, violación de derechos de propiedad, con el incumplimiento de normas de seguridad y medioambiente. Dicho de otro modo, la gran presencia de la informalidad laboral en el país representa un enorme costo el cual no se puede eludir.
Debido a esta problemática, varios especialistas han dado su punto de vista aportando posibles soluciones a este fenómeno. Según Diego Macera, gerente de lnstituto Peruano de Economía, se pueden encontrar dos caminos como soluciones. El primero consiste en que las autoridades estatales asistan a las empresas para ayudarlas en el marco legal y empresarial para que logren formalizarse y el otro sería promover más empleos en las medianas/grandes empresas. Por otro lado, Pedro Francke, economista de la PUCP, cree que la clave para promover más empleo se encuentra en un aumento de la inversión pública. De esta manera en el corto plazo mayor inversión publica en construcción fomentaría rápidamente más empleos. Otro argumento del economista es que el país debe fomentar un mayor desarrollo a la economía agrícola para así evitar la inmigración laboral del campo a la ciudad, puesto que la cantidad de inmigrantes más los jóvenes que entran al mercado provocan una sobreoferta laboral.
En conclusión, es importante reconocer como la informalidad laboral puede afectar al país. Mientras más rica sea una nación menor debería ser su tasa de informalidad, pero en el Perú, aun cuando sí hubo un gran crecimiento en los últimos años, este fenómeno no ha disminuido al mismo ritmo. Se puede comprobar como en la actualidad aún existe una gran presencia de informalidad, la cual implica grandes costos para la sociedad y que si no se plantean soluciones eficientes se pueda seguir perjudicando el correcto desarrollo del país.
Fuentes:
CEPLAN (1)
El Comercio (2)
INEI (8)
Revista Estudios Económicos (9)