Económica

LA DESDOLARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA PERUANA

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La completa dolarización de las economías con monedas débiles es un tema de debate continuo. Por un lado, el argumento principal a favor de la dolarización es la renuncia a la política monetaria, esto debido a la historia de malas políticas macroeconómicas que en algún momento, por ejemplo en el Perú, condujeron a una tasa de inflación elevadísima. En contraparte, renunciar a la política monetaria significa también perder un instrumento que puede ayudar a las autoridades a contrarrestar los efectos de shocks sobre la economía doméstica. En el Perú la dolarización de la economía es parcial, aunque desde 1990 hasta la actualidad la dolarización financiera tuvo una reducción considerable.

El debate de si es conveniente la dolarización total de una economía con moneda débil o no se mantiene hasta la actualidad. Algunos países prefieren su completa dolarización, mientras que otros prefieren una dolarización parcial. Los argumentos a favor y en contra de la dolarización por política – es decir, la adopción del dólar norteamericano como moneda de curso – tiene como temas principales el riesgo cambiario, la inflación, la flexibilidad cambiaria, el préstamo de última instancia, la transparencia, y la profundidad financiera.

Así, la dolarización elimina el riesgo cambiario y, por lo tanto, el riesgo de que ocurran crisis cambiarias. Ello, a su vez, reduce el riesgo país. Los prestamistas, por lo tanto, ya no tendrían que añadir una prima de riesgo sobre crédito en moneda doméstica por tener sus activos y pasivos en monedas diferentes. Sin embargo, en contraste con lo anterior, el desempeño de la autoridad fiscal, la calidad del sistema financiero y la flexibilidad de los mercados de trabajo y de bienes jugarán un papel importante en la existencia de las primas de riesgo.

Asimismo, que un país use una moneda extranjera sugiere que se asegure una tasa de inflación cercana al del país emisor, ya que brinda una ruptura los suficientemente creíble con los sistemas del pasado. No obstante, dependiendo del régimen cambiario esto no puede ser cierto. El caso del Perú es un claro ejemplo de ello, manteniendo un régimen de tipo de cambio de flotación sucia pudo mantener la inflación en niveles bajos.

Lo anterior nos conlleva la disyuntiva entre qué régimen implementar, si el de flotación o el de fijación cambiaria. Por un lado, mantener un régimen de tipo de cambio fijo brinda estabilidad a los exportadores e importadores. Por otro lado, ello implica perder la independencia monetaria doméstica que permita actuar contra shocks externos. Sin embargo, adoptar uno de estos dos regímenes supone la dolarización parcial de la economía.

Entonces, la conveniencia de la adopción del esquema de dolarización total en el Perú se puede evaluar tomando en cuenta la efectividad de la política monetaria independiente, la efectividad de la política monetaria frente a shocks externos, la eliminación de riesgos cambiarios, la imposición de disciplina macroeconómica, y el aumento de la profundidad financiera. La historia reciente nos ha demostrado que el Perú ha mejorado en estos criterios.

Durante la década de 1970 los hogares peruanos fueron inducidos a mantener activos denominados en moneda extranjera; esto debido a la persistencia de una alta inflación, proceso que luego fue reforzado en los años finales de la década siguiente con la hiperinflación. Es decir, una forma de protegerse de la devaluación de la moneda doméstica es convertirlas a una moneda extranjera fuerte, principalmente el dólar. De esta manera, aunque el inti perdía su valor continuamente, la moneda extranjera no lo hacía y, por lo tanto, el poder adquisitivo se mantenía.

Posteriormente, con las reformas hechas en la Constitución Política de 1993 y con la nueva Ley Orgánica del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) de 1992, los cuales son la base de una correcta conducción de políticas fiscal y monetaria, se pudo estabilizar la inflación. Asimismo, el régimen de Metas Explícitas de Inflación (MEI) implementadas por el BCRP en el año 2002 reafirmó la estabilidad monetaria que hasta el día de hoy goza el país. Ello permitió que la economía peruana redujera considerablemente la dolarización financiera, pues existe una fuerte confianza de que el país mantenga una inflación anunciada por la autoridad monetaria. Sin embargo, la dolarización de las transacciones permanece en niveles altos. Así, eventos en el mercado cambiario dificultan la aplicación de políticas monetarias a través del efecto traspaso del tipo de cambio.

Asimismo, a finales del siglo pasado se introdujeron en el país reglas cuantitativas explícitas en el manejo fiscal. De esta manera, se impuso reglas de disciplina fiscal que buscan impedir la generación de déficits recurrentes a causa de factores políticos o problemas coyunturales. Las principales características de esta disciplina es que pone límites al déficit fiscal, la existencia de un fondo de estabilización con el fin de controlar el gasto en los años de bonanza fiscal, y la trasparencia tanto del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y del BCRP.

En conclusión, una completa dolarización de la economía peruana sería innecesario en la actualidad. Renunciar a la política monetaria significa perder un instrumento necesario para combatir shocks externos. Por ejemplo, en  la actual crisis del COVID-19, la política monetaria permitió innovaciones para amortiguar los impactos de la crisis. Ello no se habría podido con una completa dolarización de la economía. Además, con las bases para mantener una tasa de inflación estable y reglas de disciplina fiscal la desdolarización se ve necesario.

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Fuentes:

(1) CONTRERAS, Alex; QUISPE, Zenón; REGALADO, Fernando y Martin, MARTINEZ:

«Dolarización real en el Perú»

(2) GARCÍA-ESCRIBANO, Mercedes:

«Factores que impulsan la desdolarización en el Perú»

(3) GUIMARAES, Víctor:

«Factores que impulsan la desdolarización en el Perú»

(4) MORÓN, Eduardo y CASTRO, Juan:

«Desdolarizando la economía peruana: Un enfoque de portafolio»

(5) PEREYRA, Carlos y Zenón, QUISPE:

«¿Es conveniente una dolarización total en una economía parcialmente dolarizada?»

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