Económica

La lucha por la denominación del Pisco: Entre la identidad y el valor económico

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La revelación de un posible acuerdo entre Perú y Chile reaviva la polémica en torno a la denominación del Pisco. Además de un tema de identidad nacional, proteger la denominación de origen (DO) del destilado peruano significaría resguardar su valor económico y comercial en el mercado internacional.

El pasado fin de semana, se reveló un intento de acuerdo entre Perú y Chile sobre la denominación de origen del pisco, agudizando más la polémica sobre este producto. El ministro de Agricultura chileno, Antonio Walker, propuso que su país reconocería la denominación del pisco peruano solo si el Perú hacia lo mismo con el aguardiente chileno. Ante esta situación, distintas instituciones nacionales expresaron rotundamente su rechazo al acuerdo, pues ambos destilados presentan diferencias considerables para ser considerados bajo un mismo apelativo. Por tanto, el Perú sigue protegiendo la denominación de origen del pisco, pues es parte de nuestra identidad cultural y además posee un valor comercial explícito.

El valor económico de la denominación de origen (DO) del Pisco

La denominación de origen (DO) es un modo de proteger los productos de una determinada zona. Las características de un producto bajo una DO se rigen, principalmente, al ámbito geográfico donde se produce y al proceso de elaboración. En el caso peruano, desde 1990, el pisco se declaró como DO. El reglamento señalaba que el pisco se fabricaría de una variedad de uvas específicas y su producción se reduciría a los departamentos de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y a los valles de Locumba, Sama y Caplina en Tacna.

Conceder la DO al pisco incrementó el valor de compra del producto y reforzó su imagen y reconocimiento en el exterior. Ello benefició a las empresas productoras de pisco; además, este reglamento les facilitó la ampliación y el ingreso a nuevos sectores comerciales. Sobre el factor competitividad, la DO le otorgó al pisco una enorme ventaja competitiva frente a otros aguardientes genéricos. Por el lado del consumidor, una DO facilita el proceso de elección al momento de realizar una compra. Esto se debe a que la DO, como en el caso del pisco, asegura altos estándares de calidad. Frente a ello, los consumidores prefieren productos bajo una denominación de origen, pues presentan un proceso de fabricación más elaborado, un envasado deseable y una calidad que destaca a comparación de otros bienes similares, causando que paguen un mayor precio por productos como el pisco.

Por tanto, permitir que países como Chile denominen al pisco peruano como aguardiente, obviando su denominación de origen, causaría que este producto se devalúe, originando pérdidas para las empresas pisqueras peruanas. Además, se perderían mercados ya establecidos y se reconocería al pisco como un aguardiente genérico, obviando la calidad que lo caracteriza. Entonces, el pisco debe ser reconocido como tal en los distintos países donde ingresa, ya que esta denominación posee un valor económico superior frente a otros aguardientes y representa parte de la identidad peruana en el exterior.

Fuentes:

Gestión (1) (2)

Indecopi (3)

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