La medida de tránsito “Pico y Placa” impuesta por la Municipalidad de Lima como un piloto genera dudas con respecto a su efectividad. Si se llega a aplicar de manera permanente, se estima que el número de vehículos en circulación aumentaría, así como el tráfico en las vías principales.
La restricción piloto “Pico y Placa”, aplicada desde el lunes 22 de julio, tiene como objetivo descongestionar las principales vías de tránsito para así facilitar el traslado de los deportistas durante los Juegos Panamericanos.
¿En qué consiste esta restricción? En las horas puntas (de 6 a 10 de la mañana y de 5 a 9 de la noche) se les prohibirá el paso a los vehículos particulares, dependiendo del día, por 5 vías importantes, con el fin de desplazar a los conductores hacia vías aledañas. Los días lunes y miércoles, los vehículos con placas terminadas en 0, 2, 4, 6 y 8 no podrán circular por medio de estas vías. Para los días martes y jueves, se aplicará la misma medida para los vehículos con placas terminadas en 1, 3, 5, 7 y 9. Por otro lado, para los días viernes, sábado y domingo, así como los feriados, no se aplicará la medida.
Se sabe que esta restricción es solo un plan piloto, que, de ser eficiente, se adaptará de manera permanente. Al ocurrir esto, se espera que suceda un incremento en la compra de autos usados, cuuyo rango de precios oscilaría entre los US$ 7,000 y US$ 10,000. Además, se considera la posibilidad de un aumento en la congestión de las calles debido al crecimiento de la venta de autos, ya que, aproximadamente, 600 vehículos se sumarían a los 10,000 que se venden mensualmente. Adicionalmente, otra consecuencia adversa a esta medida es el aumento de la demanda de opciones alternas para movilizarse, lo que daría paso a los colectivos informales.
El expresidente de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), Edwin Derteano, explicó una serie de acontecimientos que se darían con esta medida. En primer lugar, aseguró que las familias se inclinarán por la compra de vehículos de segunda mano, que sean más económicos. De esta manera, se tendrán dos placas para transitar por las calles. Por otro lado, también reconoce que otro grupo de personas optará por las motos. Remontándose a los años 70, Derteano recordó que la misma medida se propuso durante la crisis de la gasolina, la cual incrementó la venta de los autos conocidos como “escarabajos”. «Las familias no van a comprar un auto necesariamente nuevo, si no de segunda, buscando la placa que le pueda convenir para que puedan desplazarse dado que el sistema de transporte público todavía está lejos de ser eficiente», argumentó. Sin embargo, sostuvo que es una muy buena medida, la cual debe ir de la mano con un mejor transporte público y otras medidas complementarias que eviten la compra de autos contaminantes.
A pesar de esto, la evidencia de esta restricción aplicada en otros países ha demostrado que no hay un efecto favorable.
En el caso de la ciudad de México (1989), con el programa “Hoy No Circula”, el objetivo era mejorar la calidad del aire; sin embargo, no hay evidencia que demuestre que se cumplió. En el caso de Sao Paulo, Lin, Zhing y Umanskaya, se dio a conocer que 1 de cada 4 conductores terminó adquiriendo otro vehículo.
Este programa de restricción vehicular también se realizó en Santiago de Chile. No obstante, en en este caso, se generó un mercado ilegal de placas. Lo mismo se dio en las ciudades de Sao Paulo y Bogotá con la compra de placas falsas. La diferencia con estas ciudades era que la medida se aplicó para las 24 horas del día durante los 7 días de la semana. Así, esta ilegalidad podría repetirse en Lima si es que no se aplica una fiscalización adecuada.
Este mismo tema sobre si la restricción es eficiente o no ya se ha visto plasmado en diversos informes. El informe técnico “Réquiem para una política errónea” (2012) de los expertos Víctor Cantillo y Juan de Dios Ortúzar concluyó que los usuarios de mayor nivel adquisitivo eran los que adquirían autos antiguos, o de segunda, para evadir la restricción. Asimismo, se muestra un incremento en el tráfico en las horas y días que no se fiscalizan.
Otro estudio similar realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Estacionamiento y políticas de reducción de congestión en América Latina”, en el 2013, mostró que “no solo se han gastado recursos y tiempo valioso, sino que ha logrado aumentar la motorización y por ende la congestión en horas fuera de pico. La lección es no insistir en esta medida”.
El actual gerente general de la AAP, Adrián Revilla, en un artículo para El Comercio, plasmó una solución a este problema. Esta sería una reforma completa del sistema vial, comenzando por corregir intersecciones, diseños de vías, contar con un sistema semafórico integral en toda la ciudad y un cambio en la educación vial. La solución sería de largo plazo y con una inversión de, aproximadamente, US$700 millones. Sin embargo, generaría un significante ahorro en costo y tiempo, además de un aumento en el flujo vehicular en más del 40%. Asegura que, en pocos años, se lograría tener una ciudad diferente, con un transporte público eficiente y adecuadas ciclovías.
En vista de los diversos estudios, esta restricción podría generar una mejora en el corto plazo. No obstante, a largo plazo terminaría perjudicando en un mayor nivel a la sociedad, ya que se adquiría un mayor número de vehículos usados, con una antigüedad superior a los 3 años, los cuales tienen una mayor emisión de contaminantes al medio ambiente. Por este motivo, se recomienda la aplicación de otras medidas fiscalizadoras juntamente con la restricción, de manera que se desarrolle, en palabras del gerente general de la AAP, una ciudad diferente.
Fuentes:
Andina (1)
Gestión (4)