Ante los recientes datos sobre el incremento de la pobreza difundidos por el INEI la semana pasada, nos preguntamos cuál es el rol que han desempeñado los programas sociales ante este incremento.
Los datos recientes acerca del aumento de la pobreza en el país han puesto nuevamente en discusión el rol que juegan los programas sociales ante este problema. Los datos de la última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) realizada el año pasado reportan que el 21,7% de los peruanos viven en condiciones de pobreza.
Para poder entender mejor el rol que han cumplido los programas sociales en este incremento es importante describir los canales a través de los que se reduce la pobreza en el Perú. La reducción de la pobreza en el Perú está asociada básicamente a dos fenómenos principales: el crecimiento económico y los programas sociales. El primero de estos factores es el que explica en mayor medida la reducción de la pobreza de los últimos años.
Un mayor dinamismo de la economía trae consigo mayores niveles de empleo, salarios más altos y, por lo tanto, mayores ingresos a las familias. Esta premisa está respaldada por la evidencia de los últimos quince años. Del 2003 al 2013 la pobreza se redujo a un ritmo de 3,9 p.p. (puntos porcentuales) anuales, asociados a un crecimiento económico de 6,9% anual. De esta disminución en la pobreza, 3,7 p.p. estuvieron asociados a los altos niveles de crecimiento económico; mientras que 0,2 p.p. habrían sido explicados por los programas sociales. En suma, el crecimiento económico explicó el 95% de la reducción de la pobreza de este periodo.
Del mismo modo, del año 2014 al 2017 el crecimiento económico disminuyó a 3,1% anual y así también lo hizo la reducción de la pobreza a solo 0,6 p.p. anuales. De estos 0,4 p.p. son atribuibles al crecimiento económico y solo 0,2 p.p. a los programas sociales.
Programas emblemáticos: Juntos y Pensión 65
Quizá los programas sociales más resaltantes son Juntos y Pensión 65. Ambos programas implican transferencias monetarias. Para Juntos esta transferencia está condicionada al cumplimiento de requisitos como asistencia escolar y controles prenatales en gestantes. La transferencia es de S/ 200 bimestrales. Por otro lado, Pensión 65 otorga S/250 bimestrales a ancianos en situación de pobreza.
La contribución de estas transferencias en la reducción de la pobreza fue de 0.2 p.p. del 2007 al 2015 y pasó a ser negativa el 2016 y luego nula en el 2017. Esto se interpreta como que estos programas no contribuyeron más que los que ya habían contribuido hasta el 2015 en la reducción de la pobreza.
Entonces, ¿los programas sociales no sirven?
Claro que sirven. Los programas sociales como Juntos o Pensión 65 están enfocados en las poblaciones más pobres, por lo que unas transferencias como las que estos representan no necesariamente sacarían de la pobreza a la población beneficiada aunque sí mejorarían de forma significativa sus ingresos y sus condiciones de vida.
Asimismo, Carolina Trivelli, extitular del MIDIS, señaló que en la medida de que los programas sociales estén orientados a acercar los servicios del Estado a las poblaciones más pobres, como por ejemplo a través de las condiciones exigidas en las transferencias de Juntos, el impacto de estos dependerá de la calidad de estos servicios de acceso universal.
Fuentes:
Gestión (1)
Andina (1)