La economía europea, afectada hace más de media década por la crisis inmobiliaria, muestra un rostro diferente en la actualidad y vuelve a recibir el visto bueno de la inversión en el sector.
En el caso de España, uno de los países más golpeados por la crisis, la fuerte caída de los precios de los activos y la disminución de los temores sobre el futuro de la Eurozona incrementan el atractivo del sector inmobiliario. Los inversores vuelven a ser más proclives al riesgo para obtener mayores rendimientos. Prueba de ello es el aumento de 50% en el 2013 de la inversión inmobiliaria, ubicándose en el decimoséptimo lugar del mundo en donde más se ha invertido. Se cumplen así las proyecciones que desarrollaron diversas entidades como la Comisión Europea (CE), la OCDE y BBVA Research.
Es indiscutible el rol de los inversores internacionales, ya que, gracias a ellos, es posible un crecimiento del 36.6% en ventas de viviendas españolas a extranjeros. Hablamos así no de oficinas comerciales, sino de los denominados “pisos” que son tema de interés para los inversores en la actualidad, destacando de este selecto grupo China.
Y es que China vive una burbuja inmobiliaria tal que por medio millón de euros, que es la inversión mínima para que un extranjero consiga el permiso de residencia en España, solo se puede comprar en Pekín un apartamento de 80 m2 y dos habitaciones bastante lejos del centro. Sin embargo, en España se puede conseguir un chalé adosado, dos pisos o una casa en la playa al mismo costo debido a la caída de los precios. A ello se suma un plan ambicioso por parte del Estado reflejado en la denominada Ley de Emprendedores, la cual atrae la inversión foránea y la salida al amplio excedente de viviendas sin vender en España, a cambio de la concesión del permiso de residencia.
La compra de una propiedad inmobiliaria por al menos medio millón de euros no es la única forma de acceder a tal beneficio, sino que también es posible mediante la adquisición de un millón de euros en deuda pública o de acciones por valor de dos millones de euros de una empresa nacional.
Lejano al sector inmobiliario, España presenta razones de peso para generar interés en China. La cultura y la gastronomía peninsular gustan más que la contaminación y la inseguridad alimentaria que aparentemente se presenta en el país asiático. El clima y la calidad y frescura de los alimentos aparecen como lujos impagables bajo la nube de polución que envuelve las grandes ciudades de la industrializada costa china.
Una de las empresas que lleva a cabo las operaciones de compra de inmuebles es la española Affirma, que con más de 2000 propiedades a la venta, se ha asociado con Soufun, el mayor portal inmobiliario de China en internet, para promocionarlas. “De los 600 millones de internautas que hay en este país, 153 millones buscan piso en páginas web como Soufun, que es como el idealista.com chino”, menciona Hana Mu, directora de Affirma en Pekín. Además, agrega que “un tercio de los compradores chinos busca grandes ciudades, sobre todo Madrid y zonas con chalés como Majadahonda y Las Rozas, donde sus hijos pueden estudiar en un buen ambiente; otro tercio planea retirarse en la costa y el 40% restante realiza una inversión para luego alquilarla”.
Dentro del rubro de grandes ciudades también destaca Barcelona, que junto a Madrid, ya entran dentro del ‘top ten’ entre las ciudades con más potencial para los inversores internacionales, según el informe ‘European Real Estate Investor 2014’ elaborado por la consultora inmobiliaria CB Richards Ellis a partir de la opinión de 400 inversores europeos entre fondos de inversión, bancos y firmas de capital riesgo.
Antecedentes: Portugal y sus “visados dorados”
2012 fue el año clave para Portugal en la búsqueda de una solución a la crisis y necesidad de inversión extranjera. El programa “Golden Visa” inspiró posteriormente el modelo español. Según datos manejados por el viceprimer ministro Paulo Portas, Portugal recaudo con este sistema 306 millones de euros el año pasado. Concedió 471 visados, y los principales mercados fueron China, Rusia, Angola y Brasil. China copa el 79% de esta inversión, seguido de rusos (5%), brasileños y angoleños (3%), sudafricanos (2%), libaneses y paquistaníes (1%), que conforman los siete primeros compradores de un total de 28 nacionalidades atraídas por la figura jurídica creada por el Ejecutivo de Passos Coelho.
Para los clientes chinos, España y Portugal son dos mercados atractivos y optar por comprar casa en uno u otro país depende de lo que pretendan, siendo el primero elegido para realizar algún negocio y el segundo por los precios de viviendas más baratos y con fuertes relaciones con Macao, una región de China.
La experiencia portuguesa es avalada por el mayor tiempo de funcionamiento a diferencia de España, cuyo nuevo reglamento deberá salir en los próximos días o semanas. Asimismo, debido al surgimiento de ciertas reticencias por una petición masiva de nacionalizaciones o el uso de servicios públicos como la sanidad y la educación, se sabe que la mayoría de chinos no quiere perder su pasaporte y cuentan con seguros médicos privados. Es recomendable una mayor flexibilidad y rapidez a la Administración, ya que países como Portugal, Grecia o incluso Malta, ofrecen más facilidades para captar a los adinerados clientes chinos. La lucha por captar inversión del gigante asiático apenas comienza.
Fuentes:
– ABC, Diario Español
– El Economista, España.