La presente investigación analiza la influencia de la segregación laboral por género en relación a la reducida representación femenina en cargos ejecutivos en Lima. Para ello, en primer lugar, se examina la presencia de las mujeres en el mercado de trabajo y cómo la educación representa una barrera para la integración laboral femenina. En segundo lugar, se contextualiza la discriminación de género en el entorno laboral, prestando especial atención a la segregación por género en los cargos ejecutivos de Lima. Se concluye que la segregación laboral por género influye en el descenso de la representación femenina en cargos ejecutivos de Lima, pues divide al mercado laboral en ocupaciones feminizadas, masculinizadas y mixtas. Esto implica que las empresas opten por preferir hombres ejecutivos por sobre las mujeres ejecutivas. Sin embargo, se observa que las mujeres ven los desafíos para progresar en su trayectoria laboral como un incentivo para hacer mayores esfuerzos y superarse.
En esta investigación se pretende analizar la influencia de la segregación laboral por género en relación a la reducida representación femenina en cargos ejecutivos en Lima. Este tema de estudio es relevante para visibilizar las prácticas discriminatorias y las diversas barreras que enfrentan en el mercado laboral la población femenina, específicamente en los cargos ejecutivos y gerenciales donde prima la dominación masculina. En relación a ello, el estudio realizado por Deloitee (2019, citado en Gestión, 2022) sostiene que, en el Perú, la representación femenina en puestos de trabajos de cargos ejecutivos en empresas fue de 9,59%, las cuales su tiempo de permanencia en esos cargos fue de 4.8 años a comparación del tiempo de sus pares varones de 10,8 años.
En el siglo XX, la participación de la mujer en el mercado laboral y su acceso a estudios superiores fue uno de los cambios más relevantes de la época conllevando a que se fomentará la búsqueda y realización personal en las mujeres. A pesar de ello, la población femenina enfrenta ciertos obstáculos en torno a los roles de género de la sociedad tradicional, puesto que se originó territorios masculinos y femeninos, los cuales se caracterizan por concentrar ocupaciones de mujeres o de hombres según su rol establecido por la sociedad tradicional. En ese contexto, las mujeres presentan dificultades en gozar de una estabilidad laboral, pues existe un alto riesgo de pérdida de empleo y periodos más extensos de desempleo a comparación de la población masculina (Barrantes y Matos, 2019; Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI], 2021).
El objetivo general de la presente investigación es explorar la influencia de la segregación laboral por género en relación a la reducida representación femenina en cargos ejecutivos en Lima. Para ello, en el primer capítulo, se proporcionará una aproximación de la participación de la población femenina en el mercado laboral. Además, se mencionará sobre el factor de educación como una variable decisiva para las mujeres en su inserción al mundo laboral. Por otro lado, en el segundo capítulo, se explicará la relación entre la segregación laboral por género y la reducida representación femenina en cargos ejecutivos en Lima. Para lograr esto, se contextualizará sobre la segregación laboral por género. Adicional a ello, se detallará brevemente las consecuencias sobre ello. Finalmente, se mencionará estudios acerca de la segregación laboral por género en los cargos ejecutivos en Lima.
Complicaciones en la inserción de las mujeres al mercado laboral
El objetivo de este primer capítulo es contextualizar acerca de la participación de las mujeres en el mercado laboral en la década de 1990. Además, se mencionará acerca de las dificultades que enfrentan la población femenina en su inserción laboral. Posteriormente, se explicará sobre la educación como factor decisivo para las mujeres.
Participación de las mujeres en el mercado laboral
En América Latina, el incremento de la fuerza laboral de mujeres comenzó de manera constante y progresiva en las dos últimas décadas. En Perú, hubo cambios relevantes en el mercado laboral con la participación de la mujer y su acceso a estudios superiores, puesto que la brecha de participación laboral de mujeres y varones se redujo, particularmente por el aumento de mujeres casadas en el mundo laboral. Sin embargo, en el periodo de 2009 y 2019, la tasa de participación femenina descendió de 65,0% a 64,5% (INEI, 2021).
Piras (2004, citado en Barrantes y Matos, 2019), menciona que las mujeres presentaron dificultades en la inserción dentro del mercado laboral, debido a que experimentan prácticas discriminatorias y barreras de acceso en el trabajo. Aquello causa que la población femenina presente un alto riesgo de pérdida de empleo y periodos más extensos de desempleo a comparación de la población masculina. Así que, estos obstáculos que enfrentan las mujeres imposibilitan que alcancen su pleno potencial económico, por lo que perjudica a la economía, bienestar y productividad del país al reprimir el crecimiento y rendimiento económico (INEI, 2021).
Según el INEI (2021), el desempleo es uno de los indicadores principales de deterioro de la fuerza de trabajo femenina. Entre los años de 2009 y 2019, la tasa de desempleo en hombres y mujeres ha disminuido, a pesar de ello la tasa de desempleo en varones decrece de modo más significativo en 1,3% con respecto al 0.7% de mujeres. Asimismo, la tasa de informalidad de mujeres y varones representó el 75,8% y 70,3% respectivamente en el mismo periodo. Si bien la tasa de informalidad de las mujeres, entre el período de 2009 y 2019, ha sido más elevada que la de sus pares varones, se debe destacar que está cifra disminuyó en relación al año 2009, pues la tasa de informalidad de mujeres fue de 81,7%. Cabe señalar que en el sector informal la calidad de trabajo de las mujeres es menor que de los varones, debido a que usualmente su participación en microempresas familiares no es remunerada.
La educación como obstáculo de la inserción de las mujeres en el mercado laboral
En el siglo XX, la participación de la mujer en el mercado laboral se pudo lograr por una serie de diversas transformaciones en aspectos como “[…] logros educativos, la disminución de la tasa de fecundidad femenina, modificaciones en las relaciones familiares y avances en el acceso a la toma de decisiones” (CEPAL, 2004, citado en Avolio y Di Laura, 2017, p.36). No obstante, las mujeres aún enfrentan ciertas dificultades, las cuales tienen origen en un trasfondo en común. En relación a ello, los autores Millenaar y Jacinto (2015) consideran que estos obstáculos provienen de la construcción de territorios masculinos y femeninos, los cuales definen los roles y empleos que corresponden a cada género en específico. Además, los autores señalan que perjudica directamente a la percepción de la población femenina, puesto que las mujeres toman sus decisiones en base al rol doméstico y reproductivo (citado en Barrantes y Matos, 2019). En esa misma línea, Abramo (2004) menciona acerca de la existencia de “la fuerza de trabajo secundaria”, la cual posiciona a la inserción laboral como un proyecto secundario en la vida de la mujer. Aquella noción se da por asociar a las mujeres con el hogar posicionando a los hombres como los principales proveedores del núcleo familiar (citado en Barrantes y Matos, 2019).
Asimismo, los autores Barrantes y Matos (2019) sostienen que el acceso a la educación es la principal barrera para una mujer, puesto que una buena formación educativa es decisiva para las mujeres en la incorporación del mundo laboral. Aquello se basa en que el acceso a la educación repercutirá en el desarrollo de su autonomía y autorrealización, posibilitando a las mujeres situarse en puestos de trabajos con cargos de gestión y de decisión que antes se encontraban liderados por varones (Delfino, 2005, citado en Arias et al., 2019). En el Perú, el estudio de Rojas et al. (2017, citado en citado en Barrantes y Matos, 2019), empleando los datos de la investigación de Niños del Milenio, sostienen que las familias de bajos recursos optan por preferir que sus hijos varones logren terminar sus estudios postsecundarios, puesto que consideran que a los varones como el pilar económico en el núcleo familiar. Además, el hallazgo de Boyd (2014, en Barrantes y Matos, 2019) en su estudio sobre la relación del mercado laboral y los jóvenes rurales en Perú demuestra que ser mujer, ser estudiante del nivel secundario y ejercer trabajo familiar no remunerado disminuye de modo significativo la probabilidad de que pueda ingresar al mercado laboral.
En esa misma línea, según los datos proporcionados por el INEI (2021), el promedio de años de estudio alcanzado por mujeres fue en todos los departamentos inferior a los alcanzados por varones en el año 2019. En Lima se observó una brecha más reducida que en los demás departamentos, pues el promedio de años de estudio de mujeres y varones fueron 11,2 y 11,6 respectivamente. Asimismo, el analfabetismo impide a las personas que padecen esta condición ser insertadas en la sociedad. Incluso, es una condición que perpetúa la marginación, pobreza y exclusión social. En 2019, la tasa de analfabetismo en mujeres fue 8,1%, la cual fue casi tres veces superior a la de sus pares varones que fue 3,0%.
En ese contexto, se evidencia las dificultades de las mujeres en el intento de insertarse al mercado laboral, debido a que existe un punto de inicio desigual a comparación de sus contrapartes hombres. En consecuencia, se limita el desarrollo profesional de las mujeres contribuyendo en el aumento de la brecha de desigualdad laboral y perpetuando la disminución de la participación de la mujer en el mundo laboral. Aquello denota que las mujeres no tendrían las mismas oportunidades que los varones para conseguir puestos de trabajo de alta dirección en empresas en el país (Barrantes y Matos, 2019; Alcalá et al., 2013).
La influencia de la segregación laboral por género en relación a la reducida representación femenina en cargos ejecutivos en Lima
El objetivo de este segundo capítulo es contextualizar sobre la segregación laboral por género en el Perú. Además, se detallará brevemente las consecuencias sobre ello en la población femenina. Posteriormente, se analizará los estudios acerca de la segregación laboral por género en los cargos ejecutivos en Lima.
La segregación laboral por género en el sector privado
La entrada de la mujer a la población económicamente activa a través de los años ha posibilitado su participación en los diversos puestos dentro del mercado laboral. Aquello ocasionó que ciertas ocupaciones tengan mayor concentración de hombres y mujeres. En relación a ello, en la segregación laboral por género las mujeres tienden a concentrarse en las ocupaciones femeninas y los varones se posicionan mayormente en las ocupaciones masculinas. Esta situación se relaciona significativamente con la noción social, y cultural de ser mujer y ser hombre (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo [MTPE], 2019). Aquella separación perjudica directamente a las mujeres por estar vinculadas a las ocupaciones femeninas, las cuales le otorgan condiciones laborales desfavorables y un inferior estatus jerárquico (Guzmán, 2002; Reskin, 1984; Reskin y Hartmann, 1986, citado en MTPE, 2019). Reafirmando lo dicho anteriormente, Melkas y Anker (1997, citado en MTPE, 2019) sostienen que la segregación de género impide a gran parte de las mujeres la obtención de calidad de trabajo laboral, acceso a mayores salarios y un desarrollo en su carrera profesional.
El MTPE (2019) realizó un estudio sobre la desagregación laboral por género en el sector privado, empleando información de los registros de la Planilla Electrónica. Aquel estudio se enfocó en los trabajadores asalariados, entre 15 y 65 años de edad, de las empresas privadas del año 2018. El hallazgo fue que la población femenina y masculina representó el 35,3% y 64,7% respectivamente, lo cual demuestra que existe una baja participación femenina en gran parte de las ocupaciones y sectores económicos en el sector privado. Con respecto a ello, la investigación dividió el mercado laboral del país en ocupaciones feminizadas, masculinizadas y mixtas. Las ocupaciones feminizadas tuvieron mayor concentración de mujeres, representando el 23,2% del total de trabajadores. Por otra parte, las ocupaciones masculinizadas tuvieron mayor participación de hombres, representando el 53,6% del total de trabajadores. En cambio, las ocupaciones mixtas fueron de 23,2%, el cual se caracterizó por una distribución de
La entrada de la mujer a la población económicamente activa a través de los años ha posibilitado su participación en los diversos puestos dentro del mercado laboral. Aquello ocasionó que ciertas ocupaciones tengan mayor concentración de hombres y mujeres. En relación a ello, en la segregación laboral por género las mujeres tienden a concentrarse en las ocupaciones femeninas y los varones se posicionan mayormente en las ocupaciones masculinas. Esta situación se relaciona significativamente con la noción social, y cultural de ser mujer y ser hombre (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo [MTPE], 2019). Aquella separación perjudica directamente a las mujeres por estar vinculadas a las ocupaciones femeninas, las cuales le otorgan condiciones laborales desfavorables y un inferior estatus jerárquico (Guzmán, 2002; Reskin, 1984; Reskin y Hartmann, 1986, citado en MTPE, 2019). Reafirmando lo dicho anteriormente, Melkas y Anker (1997, citado en MTPE, 2019) sostienen que la segregación de género impide a gran parte de las mujeres la obtención de calidad de trabajo laboral, acceso a mayores salarios y un desarrollo en su carrera profesional.
El MTPE (2019) realizó un estudio sobre la desagregación laboral por género en el sector privado, empleando información de los registros de la Planilla Electrónica. Aquel estudio se enfocó en los trabajadores asalariados, entre 15 y 65 años de edad, de las empresas privadas del año 2018. El hallazgo fue que la población femenina y masculina representó el 35,3% y 64,7% respectivamente, lo cual demuestra que existe una baja participación femenina en gran parte de las ocupaciones y sectores económicos en el sector privado. Con respecto a ello, la investigación dividió el mercado laboral del país en ocupaciones feminizadas, masculinizadas y mixtas. Las ocupaciones feminizadas tuvieron mayor concentración de mujeres, representando el 23,2% del total de trabajadores. Por otra parte, las ocupaciones masculinizadas tuvieron mayor participación de hombres, representando el 53,6% del total de trabajadores. En cambio, las ocupaciones mixtas fueron de 23,2%, el cual se caracterizó por una distribución de género más equitativa. Cabe aclarar que los cargos catalogados como ocupaciones feminizadas presentan una remuneración por debajo de la remuneración mínima vital.
La segregación laboral por género en el sector privado respecto a la reducida representación femenina en cargos ejecutivos en Lima
El estudio de Alcalá et al. (2013) con enfoque cualitativo, y una metodología transversal y exploratoria, se enfocó en la población femenina peruana que ocupaba cargos ejecutivos y gerenciales en grandes empresas en Lima metropolitana y Callao. Los resultados fueron que al menos una vez las mujeres en su trayectoria profesional, en menor o mayor magnitud, enfrentan barreras para alcanzar el ascenso profesional como prejuicio por los estereotipos de género, demanda de la vida familiar, falta de inversión en el capital social, resistencia de empresas al liderazgo femenino, las cuales fueron consideradas por parte de ellas como un reto que les fomentó a esforzarse más. Aquellos obstáculos en su ascenso profesional no fueron considerados como un estancamiento o freno en el transcurso de su crecimiento y desarrollo de su carrera profesional.
El estudio de Jaramillo (2019) empleó una base de datos longitudinal, en el cual tuvo acceso al sistema de todos los trabajadores formales del sector privado. Una de sus hallazgos fue que existe una alta probabilidad que las empresas contraten por tiempo indeterminado; es decir, un contrato que se caracteriza por que el trabajador conserva su empleo durante toda su vida. Aquello significa que los trabajadores alcancen una estabilidad laboral. En relación a ello, el trabajador debe cumplir con ciertos requisitos como “[…] ser varón, tener más de 30 años, contar con educación superior, ser ejecutivo, trabajar en una empresa mediana o grande […]” (Jaramillo, 2019, p.64-65)
En base a todo lo mencionado anteriormente, se evidencia la segmentación del mercado laboral entorno a las brechas de género que existe en el interior del sector privado, puesto que se observa que existe una evidente preferencia por contratar a varones ejecutivos, eliminado la participación de mujeres ejecutivas como potenciales trabajadores que puedan logran un contrato por tiempo indeterminado. Impidiendo, a su vez, que logren estabilidad laboral en un mercado de trabajo caracterizado por ejercer prácticas discriminatorias e imposibilitar que la población femenina alcance su pleno potencial económico (Alcalá et al., 2013).
Conclusión
En síntesis, la segregación laboral por género que existe en el interior del sector privado influye en el descenso de la representación femenina en cargos ejecutivos en Lima, dado que la población femenina peruana que ocupa cargos ejecutivos y gerenciales en su trayectoria profesional enfrentan diversas barreras relacionadas a la construcción de territorios masculinos y femeninos, los cuales dividirá al mercado laboral en ocupaciones feminizadas, masculinizadas y mixtas. En consecuencia, las empresas optan por preferir a los hombres ejecutivos que a las mujeres ejecutivas, por lo que la población femenina les será más difícil alcanzar su pleno potencial económico. A pesar de ello, se evidencia que las mujeres consideran que los obstáculos a su ascenso profesional fueron considerados como un reto que les fomenta a esforzarse más.
En primer lugar, en América Latina el incremento de la fuerza laboral de mujeres comenzó de manera constante y progresiva en las dos últimas décadas. En Perú, hubo cambios relevantes en el mercado laboral por el incremento de la participación de mujeres casadas en el mundo laboral. Con respecto a ello, la población femenina presenta ciertos obstáculos vinculados a la construcción de territorios masculinos y femeninos, los cuales definen los roles y empleos que corresponden a cada género en específico. Por otra parte, una buena formación educativa es decisiva para las mujeres en la incorporación del mundo laboral, debido a que el acceso a la educación repercutirá en el desarrollo de su autonomía y autorrealización, posibilitando a las mujeres situarse en puestos de trabajos con cargos de gestión y de decisión que antes se encontraban liderados por varones. Además, se evidenció que en el país en el aspecto educativo existe cierta preferencia a que las familias de bajos recursos prioricen la educación en varones que en mujeres, lo cual se traduce en un punto de inicio desigual que obstaculiza el ingreso al mercado laboral a la población femenina.
En segundo lugar, la entrada de la mujer a la población económicamente activa posibilitó que participen en los diversos puestos dentro del mercado laboral, lo cual causó que en ciertas ocupaciones tengan mayor concentración de hombres y mujeres. En relación a ello, la segregación laboral por género perjudica directamente a las mujeres por estar vinculadas a las ocupaciones femeninas, las cuales le otorgan condiciones laborales desfavorables y un inferior estatus jerárquico. Por otra parte, el estudio de Alcalá et al. menciona que la población femenina peruana que ocupa cargos ejecutivos y gerenciales en su trayectoria profesional enfrentan barreras para alcanzar el ascenso profesional. Además, el estudio de Jaramillo evidencia que existe una evidente preferencia por las empresas del sector privado en contratar por tiempo indeterminado a varones ejecutivos, eliminando la participación de mujeres ejecutivas.
Esta investigación se encuentra limitada en número de estudios cualitativos acerca de la segregación laboral al interior del sector privado en torno a las brechas de género existentes. Además, no se logró hallar investigaciones cuantitativas sobre la segregación laboral por género en el Perú, por lo que la presente investigación se basó en estudios cualitativos sobre Lima Metropolitana y Callao. Así que, se recomienda no generalizar sobre los resultados hallados. Por ello, esta investigación no tuvo la posibilidad de desarrollar con más profundidad los temas tratados.
Referencias Bibliográficas
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