Nuevo estudio revela que las transacciones bancarias en el país han aumentado; sin embargo, existen ciertas consideraciones con respecto a este resultado que ameritan ser revisadas para que mejore continuamente e integre, en el proceso, a mayor población al sistema financiero.
Según un informe realizado por Minsait, empresa perteneciente a Indra, el uso de las transferencias bancarias en el Perú en los últimos cinco años ha aumentado en cuanto a su valor y número de operaciones en un 20.4% y 29.4% respectivamente. Este resultado posiciona al país como aquel con mayor crecimiento en la región respecto a transferencias bancarias. Por otra parte, el estudio señala que el Perú ocupa el tercer lugar en relación a la frecuencia de uso de tarjeta de crédito, detrás de Brasil y República Dominicana, dado que el 68.2% de la población emplea este medio de pago. Este hecho también se encuentra relacionado a que hay un interés mayor para realizar pagos y transacciones usando los celulares y aplicaciones móviles.
Todo lo anterior plantea una consideración acerca de la situación financiera microeconómica del país. Los resultados indican un cierto ánimo de mejora en materia de participación financiera, lo cual resulta beneficioso dado que más de la mitad de la población peruana aún no está incluida en el sistema financiero. No obstante, revertir esta situación depende de varias iniciativas públicas y privadas, como la realizada por Visanet y Globokas, gestor de los agentes corresponsales Kasnet, de facilitar las compras y ventas con tarjetas a pequeña escala en más de 7.500 bodegas.
Por otra parte, la poca educación financiera que se tiene desfiguraría aquellos resultados alentadores en cuestión de las deudas que se podrían contraer. Según un estudio de Equifax, la región de Lima es la más endeudada por el uso de tarjetas de crédito, con un promedio de deuda de 3.950 soles. Le sigue Arequipa, Moquegua y La Libertad, con montos de deuda promedio de 3.707, 3.701 y 3.502 soles. Si no se realizan acciones que prevengan este tipo de situaciones, las deudas podrían lacerar y volver inestable la situación económica de aquellas personas que recién se integrarían al sistema bancario.
Del mismo modo, la mala experiencia del usuario desalentaría el creciente uso de las facilidades que el sistema financiero otorga. Como señala Indecopi, en el 2018, se presentaron más de 36.000 casos de quejas en temas bancarios, financieros y seguros. Ana Peña, gerenta de Supervisión y Fiscalización de la entidad, señala que las operaciones no reconocidas, cambios o modificaciones en los contratos, métodos abusivos de cobranza, problemas con los cajeros, omisión en los intereses por pagos adelantados de créditos y las vías de desafiliación de los productos contratados eran los temas más reclamados en esos sectores. Por ende, la mejora de la fiscalización preventiva de Indecopi resulta esencial para que no se violen las reglas y para asegurar una buena relación de consumo.
Por último, el estudio de Minsait, en cuanto a compras por internet, el país presenta uno de los índices más bajos, con solo 85.6% de compradores dentro de la población bancarizada, y es superado por otros países europeos y latinoamericanos, como España, Portugal y Brasil. Incluso quienes llegan a comprar, solo lo hacen una vez al año. Aquellos resultados se explican por la poca confianza que este tipo de comercios inspiran a la población que está integrada en el sistema bancario, pues el 43.6% de ella considera que las compras online son poco o nada seguras. Por el contrario, Argentina, Chile y República Dominicana son las economías latinoamericanas que ostentan un mayor grado de confianza hacia esta forma de comercio. De esta manera, un impulso a que se genere mayor conocimiento de este tipo de transacciones hará que mayores partes de la población pueda disfrutar de sus beneficios.
Fuentes:
RPP (1)
El Comercio (4)