La actual situación de la economía de Argentina afectada por la fuga de capitales, corridas cambiarias, un creciente déficit de la cuenta corriente, entre otros problemas ha hecho que el presidente Mauricio Macri acuda al Fondo Monetario Internacional para poder intervenir en el mercado cambiario y tener mayor liquidez. Decisión con un alto costo político, según opiniones, por el historial de malas experiencias entre Argentina y el FMI.
El día martes 9 de mayo, el presidente argentino, Mauricio Macri, dio un sorpresivo anuncio sobre la búsqueda de apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI) para poder evitar una mayor caída del peso a causa de la fuga de capitales en su país. Las conversaciones para llegar a acuerdos ya se iniciaron por parte del presidente argentino y la directora del FMI, Christine Lagarde, de lo que se asume que será un préstamo para poder evitar o aliviar los efectos de la fuga de capitales y corridas cambiarias.
Desde aquél día del anuncio, se vive en una ambiente de tensión y preocupación en el país por las malas experiencias que ha tenido Argentina cuando el FMI ha actuado. Sin embargo, para algunos la decisión de Macri de acudir al FMI ha sido acertada, pero con un enorme costo político. Esta acción del gobierno argentino ha sido luego de intentar frenar la descontrolada subida del dólar mediante la subida de tasas de interés y las sucesivas intervenciones del Banco Central, pero sin éxito.
Hasta el momento el Banco Central argentino ha perdido $ 7.908 millones de reservas respecto al máximo que alcanzó a mediados de enero lo cual ha generado el ambiente de nerviosismo y desconfianza por parte de los inversionistas y la población. Sin embargo, el país aún mantiene $56.000 millones de reservas, el cual sería su principal seguro contra una eventual volatilidad de los mercados financieros. Estas reservas equivalen a un 10% de su PBI ,mientras que en Chile equivale a un 15%, en Colombia un 18%, en Brasil un 19% y en Perú un 32%. Por lo que se puede decir que Argentina es más frágil e inestable que los demás países mencionados.
La causas de esta crisis son diversas, una de las más importantes es la fuga de capitales que se da desde el 2016 cuando rozó los $10.000 millones y el año 2017 se duplicó a $22.150, este año la fuga ya está en $7.000 millones y representa un 45% más al de igual periodo del 2017, lo que confirma que la desdolarización y la fuga se acentuó significativamente. Otra causa es el creciente déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos la cual ha sido una de las principales preocupaciones desde el 2016 con un saldo negativo de $14.693 millones, el año siguiente casi se duplicó a $30.792 millones y se estima que para este año sea mucho peor. Esto se ha intentado cubrir con deuda externa estatal, prestamos de privados, inversión extranjera y con un monto considerable de dólares que entraron para aprovechar el Lebac en pesos.
Día crucial
El martes 15 el gobierno argentino enfrentó el vencimiento de las Lebac, las cuales significan un monto de 650.000 millones de pesos. Este mes han sido sometidas a fuertes presiones especulativas provocando una devaluación de 15.67%. Además, los impuestos a las ganancias para los tenedores de bonos Lebac que están obligados a pagar un 5% y junto a los mejores rendimientos en Estados Unidos explican la actual corrida cambiaria en Argentina.
¿Qué puede hacer el FMI?
Para el gobierno de Macri, el principal problema es la liquidez y no la capacidad de pagar sus deudas. Por ello es que acude al FMI ,ya que es la fuente de financiamiento más barata que existe. Se estima que con el préstamo podría pagar las deudas que tiene e intervenir en los mercados cambiarios por un mayor tiempo. Sin embargo, la preocupación porque se genere una nueva crisis, como la del 2001 donde el gobierno dejó de pagar su deuda, es grande.
Fuentes:
El País (1)
El Comercio (1)
Infobae (1)
CNN (1)
El Deber (1)