Tal como nuestra “querida” escena política nos tiene tristemente acostumbrados, se han elegido bajo un manto de suspicacia a los miembros del directorio del Banco Central de Reserva del Perú por parte del Congreso de la República. Una amarga elección si consideramos por quienes se ha votado: Rafael Rey, José Chlimper y Elmer Cuba. El que salieran elegidos los candidatos de Fuerza Popular no es una sorpresa, considerando que la mayoría congresal pertenece al fujimorismo. Sin embargo, que también se escogiera al candidato del APRA nos hace sospechar de una especie de colusión entre estos dos partidos para tener influencias políticas en otras instituciones del Estado, de la cual no podemos más que desconfiar teniendo en cuenta el historial de ambas bancadas.
Nuestra preocupación no reside solo en ello, desde mucho antes tenemos nuestras reservas respecto a las verdaderas intenciones de esta “oposición”. El descontento del público recae en la “calidad” de personas que se han elegido para el cargo y las posibles consecuencias que esto puede significar.
Empecemos por explicar brevemente la importancia del BCR. El Banco Central de Reserva del Perú es un ente autónomo y encargado de preservar la estabilidad monetaria de nuestro país, que constituye un pilar fundamental para fortalecer los cimientos del crecimiento y desarrollo de nuestro país. El logro de tan difícil objetivo solo es posible mediante el uso de una cualidad que no solemos observar en varias entidades públicas: su credibilidad. La cual nace no solo en la efectividad de sus pronósticos ni sus instrumentos monetarios sino en la calidad moral y académica de los profesionales que la conforman. Así pues, tal como lo expresa el Artículo 11 de la Ley Orgánica del BCR:
«Artículo 11.- Los Directores deben ser peruanos, tener reconocida solvencia moral y poseer amplia competencia y experiencia en economía y finanzas. No representan a entidad o interés particular alguno y su voto debe tener en cuenta únicamente el cumplimiento de la finalidad y las funciones del Banco.»
De aquí nace y se sustenta nuestra opinión. El directorio del BCR ha estado, históricamente, conformado por hombres y mujeres con conocimientos profundos en la teoría y práctica económica. Incluso cuando los elegidos no han sido doctores en economía, el directorio también ha contado con la presencia de empresarios de reconocida trayectoria tales como Drago Kisic Wagner, uno de los directores que dejarán en cargo este mes, o Jaime Serida Nishimura doctor en administración de negocios que ocupó el cargo del 2012 al 2014.
Sin embargo, en estas elecciones, dos de los nuevos miembros del directorio del BCR son célebres personajes, no por su trayectoria académica ni profesional, lastimosamente, sino por estar inmersos en una serie de cuestionamientos y acusaciones de corrupción.
Rafael Rey Rey es Ingeniero Industrial de profesión egresado de la PUCP, acérrimo defensor y miembro activo del Opus Dei y ha ocupado una gran cantidad de cargos de confianza y de elección popular en el Estado dado que ha pertenecido o apoyado a distintos partidos políticos. Entre sus cargos más importantes están el ser congresista por tres periodos consecutivos (desde 1995 hasta el 2006), Ministro de la Producción y Ministro de Defensa en el segundo gobierno de Alan García. De los tres directores electos por el poder legislativo se puede decir que es el menos preparado para asumir un cargo de tal envergadura es el ingeniero Rey; a pesar de que ha tenido puestos de gestión empresarial en los inicios de su carrera en el Grupo Romero y Crowley Perú, los puestos en mención no tienen relación alguna con las decisiones importantes en las que incidirá su voto en el directorio del BCRP.
En el caso específico de José Chlimper, si bien cuenta con cierta “experiencia” debido a que previamente ha ejercido dicho cargo en el directorio durante el periodo 2006-2010 e incluso la coyuntura política acompañaba el buen tránsito del designado; en el presente año ha sido partícipe de acontecimientos político-éticos que le restan credibilidad y transparencia y sitúan en debate la eficiencia en cuanto a su elección en el cargo. En primer lugar, el señor Chlimper se ha visto vinculado al escándalo de corrupción que involucra una manipulación de audios durante la pasada campaña electoral, por el cual todavía tiene una investigación pendiente con los organismos institucionales respectivos e incluso podría recibir condena mientras desempeña el cargo actual. Como segundo punto, la designación misma resta autonomía a las posibles decisiones que el directorio pueda tomar, ya que el recientemente elegido formó parte de la plancha presidencial del partido fujimorista, el mismo que actualmente ostenta mayoría absoluta en el congreso. Asimismo, este mismo partido decidió, previamente, no optar por debatir el nivel técnico y la experiencia laboral de los candidatos propuestos para ejercer el cargo en el directorio.
Debido a lo explicado, no podemos más que dudar de la “solvencia moral” y la “amplia competencia y experiencia en economía y finanzas” de los nuevos integrantes de nuestro Banco Central. El mismo Elmer Cuba no se salva de polvo y paja. A pesar de que es reconocido como un economista prestigioso y socio director de Macroconsult, sus afiliaciones políticas son las que nos causan cierta desazón. El economista militó durante 15 años por el partido “Todos por el Perú” y recién en este año, durante la campaña presidencial, optó por sumarse al equipo técnico de Keiko Fujimori, ex candidata presidencial por Fuerza Popular. Por lo cual, nos hace sospechar que este partido busca poseer cierto poder político en altos cargos del estado. ¿Con qué fines? Preferimos no especular.
De esta forma, la elección de estos representantes significa un hecho inédito y para un cargo tan importante y que, hasta el momento, había mantenido su solemnidad ante las adversidades que el panorama e intereses políticos le planteaban. ¿Qué nos garantiza que la autonomía del BCR no se vea comprometida? ¿Que no se forme otra “oposición” que responda a fines ajenos a los concernientes a velar por el bienestar de la estabilidad monetaria dentro del directorio? Así pues, mientras que en Estados Unidos, el Senado impidió la postulación del Nobel de Economía, Peter Diamonds, quien incluso contaba con el apoyo del presidente Obama, para el directorio de la FED debido a su falta de experiencia en la conducción de la política monetaria; en el Perú, Rafael Rey, recientemente elegido para ser parte del BCR, declara que posee la misma experiencia en política monetaria «que tiene toda persona con sentido común». Situaciones como la que acaba de suceder son una amarga comedia de la cual nuestro silencio no será cómplice.
Fuentes:
http://www.thewire.com/politics/2011/06/peter-diamond-withdraws-nomination/38513/