Económica

Vivienda Social en Arrendamiento: Una novedosa alternativa para atender el déficit habitacional

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A pesar de aumentar el stock de viviendas en nuestro país y en general en Latinoamérica, el déficit cualitativo habitacional sigue incrementándose. Este hecho muestra que la política internacional de vivienda que aplicamos no está siendo efectiva y que es hora de buscar nuevas alternativas para el digno acceso a vivienda de familias con menores ingresos.

 

El mes pasado se llevó a cabo el Seminario Internacional: “Vivienda social en arrendamiento: un enfoque alternativo”[1] en Quito, Ecuador. Este tuvo como objetivo analizar las experiencias de países europeos (España y Alemania) y latinoamericanos (Uruguay, Colombia y Brasil) acerca de esta nueva propuesta constituida como una gran alternativa para atender el déficit habitacional. El presente artículo se basará en las ponencias de dicho seminario[2].

¿Qué es el déficit habitacional?

El déficit habitacional es el conjunto de necesidades insatisfechas de la población en materia habitacional[3]. Este presenta dos componentes: el déficit cuantitativo, que se refiere a la carencia de vivienda en sí (demanda insatisfecha de viviendas); y el déficit cualitativo, que se refiere a las condiciones inadecuadas de habitalidad (viviendas en situación precaria).

En nuestro país y en general en Latinoamérica y el Caribe, el verdadero problema se encuentra en el déficit cualitativo de viviendas, pues según datos del Banco Interamericano de Desarrollo una de cada tres familias habita en una vivienda inadecuada o construida con materiales precarios o carentes de servicios básicos[4].

¿En qué se basa la política internacional de vivienda?

La política internacional de vivienda actual consiste básicamente en el mejoramiento urbano, la entrega de títulos, el aumento de la responsabilidad del sector privado, el aumento del financiamiento para comprar viviendas y subsidios a los más pobres. Es decir, los gobiernos han optado por promover la vivienda nueva y propia como solución al déficit habitacional, respondiendo al sueño de la “casa propia”. Sin embargo, esta política no está funcionando en el cumplimiento de sus objetivos, pues el déficit habitacional continúa incrementándose (déficit cualitativo).

En este marco se presenta como alternativa sostenible la construcción de viviendas sociales para el alquiler.

¿A qué nos referimos con vivienda social en arrendamiento?

Básicamente, la vivienda social se refiere a viviendas construidas exclusivamente para las personas con menores ingresos, estas viviendas son hechas por el Estado o subsidiadas por este (según las políticas de los países), con la finalidad de ser vendidas a bajas cuotas de pago. Entonces, la vivienda social en arrendamiento tiene la misma estructura (con iniciativa estatal o privada) pero con la finalidad no de vender las viviendas, sino de alquilarlas (por supuesto las cuotas por alquiler son aún más bajas).

¿Por qué alquilarlas?

Algunas de las ventajas que proporciona el alquiler son el acceso a una vivienda a familias con menores recursos pues no necesitan de una cuota inicial (ahorro previo), la flexibilidad que se les ofrece a los inquilinos, libertad de responsabilidades financieras (algunos inquilinos no quieren la responsabilidad de tener una hipoteca), posibilidad de invertir en un negocio en vez de una casa, posibilidad de vivir en barrios con servicios o ubicados más cerca al centro de la ciudad o al lugar de trabajo, las ciudades con más inquilinos tienden a ser más densas y desarrollar sistemas de transporte público eficientes, la vivienda alquilada ofrece a sus ocupantes condiciones físicas mejores que la autoconstrucción periférica, entre otras.

¿Cómo podemos combatir el déficit habitacional bajo esta nueva alternativa?

El programa de vivienda social en alquiler permite a más familias de menores recursos vivir de manera digna, ya que, estas viviendas deben ser construidas cumpliendo con los estándares de habitalidad adecuados. Incluso en la ciudad de Hamburgo (Alemania), una de las pioneras en este programa, entre las viviendas en alquiler y las propias, no existe diferencia alguna en la calidad.

¿Cuál es la situación de la vivienda social en arrendamiento en el Perú?

En nuestro país insertar un programa de alquiler aún es muy difícil, entre otras razones, porque en la “sabiduría convencional” de las personas aún está el máximo sueño de la “casa propia” (sin tomar en cuenta los beneficios que puede traer el alquiler), por lo que ni el Estado ni el sector privado están interesados en la construcción de viviendas para el arrendamiento. Mientras tanto, el déficit habitacional sigue en ascenso, por lo cual tal vez sea momento de cambiar dicha “sabiduría convencional”.

[1] Llevado a cabo el 12 y 13 de marzo de 2014 y organizado por Unión Interamericana para la Vivienda (UNIAPRAVI) y la Mutualista Pichicha (Ecuador).

[2] Descarga de ponencias completas en el siguiente link: http://www.mutualistapichincha.com/mupi/seminario/descargas.html;jsessionid=PA4KE4VVB3I5ZQFIDNSSFEQ

[3] Fuente: Habital International Coalition. http://www.hic-al.org/

[4] 2012 “Un espacio para el desarrollo: Los mercados de vivienda en América Latina y el Caribe”. Banco Interamericano del Desarrollo.

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