La discusión entre globalización y desglobalización lleva años en el ámbito teórico, pero a raíz de distintas circunstancias; tales como la pandemia o el conflicto entre Rusia y Ucrania, esta discusión ha aterrizado en un plano más operativo llevando a un mayor proteccionismo. Es así que el tema de un posible fin a la globalización ha tomado mayor relevancia. De forma que esto produce cierta incertidumbre, ya que algunos expertos afirman que el proceso de desglobalización podría conllevar a una desestabilización social y económica.
Existen distintos puntos de vista con respecto a la globalización, hay quienes creen que debe seguirse con este proceso y hay quienes consideran que esto trae consigo mayores desventajas que ventajas. No obstante, existe cierto consenso en lo dicho por Rodrik (2012), el cual menciona que no se puede conseguir simultáneamente la democracia política, la soberanía nacional y la hiperglobalización económica. Por ejemplo, con respecto a lo ocurrido en Reino Unido acerca del Brexit se tiene que aquellos que apoyaron al Brexit buscaban fortalecer la democracia política y la soberanía nacional, dejando de lado la globalización al alejarse de la Unión Europea.
Es así que se observa que en los últimos años se han deteriorado ciertos indicadores, tal como el de la relación entre las exportaciones y el PBI en todo el mundo. Esto puede ser explicado por diversas razones, de acuerdo a DW (2022) las interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de los costos, la escasez… todas estas realidades cotidianas podrían estar relacionadas con un proceso conocido como «desglobalización”.
Puntos de quiebre
Son dos episodios, la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania, los que han intensificado la discusión y la critica a la globalización. De manera que se discute si es posible que este movimiento imperante en las últimas décadas llegue a su fin.
La pandemia por el COVID-19 ha sido uno de los principales causantes de la agilización de la desglobalización. De acuerdo con lo mencionado por Templeman en El Diario (2021), la pandemia ha acelerado el proceso de desglobalización, ha tumbado las cadenas de valor y ha elevado el nivel de riesgos geopolíticos, mientras que la conciencia inversora y consumidora en los criterios ESG (Environmental, Social, Governance) han presionado a las compañías a ser más resilientes y locales. Es así que se ha prescindido de la interdependencia al priorizar el proteccionismo.
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha seguido la línea de lo causado por la pandemia. Con respecto a la dimensión económica y financiera se tiene que las empresas nacionales se han visto perjudicadas, la distribución de productos alimenticios y materia prima procedentes de dichos países se ha restringido por la dificultad de transporte y por barreras económicas impuestas. Esto lo que genera es que haya un aumento de precios en dichos productos y, consecuentemente, el malestar de los países que solicitaban estos productos.
En general, la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania han debilitado las cadenas globales de valor, por lo que toma relevancia la búsqueda de una solución. Siguiendo esta idea, Fink menciona en El Economista (2022) esta reconfiguración del mapa de cadenas de suministro a nivel global implicará costos adicionales para las compañías y los consumidores, lo cual se traducirá en un entorno de mayor inflación que la de las últimas décadas. De forma que se enfatizará en el desarrollo de cadenas locales y regionales que sean confiables.
Además, Stiglitz (2022) menciona que entre las respuestas propuestas a estos problemas se encuentran la producción de “relocalización” o “amigo de la costa” y la promulgación de “políticas industriales para aumentar la capacidad productiva de los países”. Es así que atrás quedaron los días en que todo el mundo parecía estar trabajando por un mundo sin fronteras.
Implicancias de la desglobalización
El proceso de desglobalización afectará en mayor medida a los sectores que dependan de las cadenas de suministro y los que se vean afectados por la relocalización. Por otro lado, enfocándose globalmente, en la entrevista de Colinas (2021) se recogen las principales formas en las que la desglobalización esta afectando el orden internacional, entre las que se encuentran:
-Se podría producir dos órdenes internacionales parcialmente separados: uno liberal (LIO) bajo la continua hegemonía estadounidense y otro autoritario-capitalista (ACIO) bajo la hegemonía china.
-La desglobalización ha contribuido y reforzado los complejos factores internos asociados con el retroceso democrático en las potencias intermedias emergentes, lo que ha contribuido a un aumento del populismo y el nacionalismo.
-La desglobalización acelerada por diversas crisis y la pandemia de COVID-19 han tentado a algunos gobiernos a implementar políticas antiliberales, particularmente en el comercio.
Fuentes:
Colina (1)
DW (2)
El Diario (3)
El Economista (4)
Rodrik (5)
Stiglitz (6)
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