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¿Las criptomonedas son en realidad monedas?: Una mirada desde la teoría monetaria

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En la actualidad, existen en circulación más de 10 000 criptomonedas transables y la lista sigue creciendo minuto a minuto. Estos activos digitales poseen la particularidad que se han autodenominado “monedas”. Sin embargo, cabe preguntar: ¿en realidad son monedas? ¿cumplen con los requerimientos para ser consideradas dinero? A partir de la teoría monetaria contemporánea, se tratará de responder a estas interrogantes.

Para poder analizar el rol de las criptomonedas dentro de un sistema económico globalizado, es necesario desagregar cuál fue la intención detrás de crear la criptomoneda pionera y de mayor valor de mercado a nivel global: Bitcoin (BTC). En el White Paper, o documento técnico base publicado en el 2008, Satoshi Nakamoto, el alias utilizado por el desarrollador o conjunto de desarrolladores, plantea: “Una versión puramente de persona-a-persona del efectivo electrónico permitiría que los pagos en línea se envíen directamente de una parte a otra sin pasar por una institución financiera” (Nakamoto, 2008). Tomando este documento como base, y comparando con propuestas similares de otras criptomonedas, esta definición revela los planteamientos fundamentales que deben ser resaltados para poder evaluar el verdadero papel de las criptomonedas como monedas o dinero de circulación global.

El planteamiento que se destaca es el de ser “una versión … de efectivo electrónico”, lo que implica que tiene como intención principal ser considerada como dinero electrónico o moneda dentro de un sistema económico que interconecte agentes. Dentro de la teoría monetaria contemporánea (Jiménez, 2016) una moneda debe cumplir 3 roles para poder llevar ese nombre. Una moneda debe ser unidad de cuenta al ser capaz de llevar balances de todas las transacciones económicas, financieras y contables de los agentes económicos y mantener así la compatibilidad. Debe, a su vez, ser un medio aceptado universalmente para realizar transacciones como medio de cambio para adquirir y vender bienes y servicios. Y finalmente, debe ser depósito de valor que preserve su valor en el tiempo que es condición empíricamente necesaria para que se mantengan las dos anteriores.

Las criptomonedas sin respaldo necesitan preservar su valor en tiempo para poder ser consideradas depósitos de valor. No obstante, las criptomonedas unbacked solo están respaldadas por la creencia que los agentes poseen en ella. Es decir, por las fuerzas de la demanda y la oferta. El valor de la moneda ya no se basa en la confianza que se tiene en la institución central que la acuña, como ha sido desde el planteamiento de la moneda fiduciaria, sino en el valor que los agentes le atribuyen dependiendo de diversos factores como la confianza en los tenedores de la moneda reportados, especuladores de mercado, la cantidad de transacciones que se pueden realizar con ella, y por encima de todo, la cantidad de monedas en circulación. (Malloy and Lowe, 2021)

En el caso más notorio de Bitcoin existe una cantidad limitada de monedas que hay en circulación, que fluctúa en la actualidad alrededor de 19 millones, y una cantidad máxima que va a existir de 21 millones cuando se termine de minar. Hoy en día se cree que Satoshi Nakamoto posee 1 millón de Bitcoin, los cuáles al precio de hoy de 21 mil dólares cada uno, equivaldría a 21 billones de dólares.

Como la cantidad de monedas en circulación digital es limitada, existe una restricción de oferta lo que desencadena que el principio de escasez eleve el valor si es que suficientes agentes desean adquirirla. Adicionalmente, al no existir una entidad que la respalde, no es intercambiable directamente por una reserva internacional o moneda fuerte. Solo es posible vendérsela a alguien más que desee adquirirla o que acepte el intercambio por bienes o servicios reales. (Devi and Lee, 2015)

Además, la cantidad de criptomonedas que se han creado, más de 10 mil, también ha permitido la existencia de estafas o fraudes conocidos como Rug Pulls, donde se retira de circulación alguna moneda y desaparecen los montos invertidos. Debido a que muchas monedas poseen su capitalización de mercado relativamente pequeña, experimentan fluctuaciones en su precio. Usualmente mientras menor es su capitalización de mercado, mayor será su volatilidad. (Budish, 2018) Si es que por algún motivo se pierden o son hackeados, no existe seguro como si existiera en una cuenta bancaria con un seguro de depósito que protegería contra el fracaso de la institución financiera.  Por todos estos factores, el valor de las criptomonedas es muy volátil y no se mantiene en el tiempo. Entonces, no puede ser considerada depósito o reserva de valor.

A pesar de que muchas monedas, como Bitcoin, ya poseen capitalización de mercado de 384 billones de dólares, estos aún siguen siendo relativamente pequeños en comparación a los mercados de capitales globales. El uso del dólar es diametralmente más grande como unidad de cuenta en balanzas de pagos internacionales y, dentro de las cuentas nacionales, las monedas oficiales son las que predominan. (FSB, 2022) Adicionalmente, las fluctuaciones en su precio hacen que poder realizar registros con ellas resulte ineficiente. Por ello, no se puede alegar que alguna criptomoneda sea utilizada como unidad de cuenta.

La revolución tecnológica y el incremento del uso de monedas digitales o medios de pagos digitales como AliPay o Visa parecería impulsar la digitalización de la economía mundial y por lo tanto el uso de criptomonedas como medio de cambio. (Adrian, T. and T. Mancini-Griffoli, 2019) No obstante, las monedas digitales poseen características fundamentalmente distintas a las criptomonedas unbacked. Los medios de pago digitales no son anónimos, no son descentralizados y no poseen la seguridad del blockchain que si poseen las criptomonedas. Pero, aun así, las monedas digitales son diametralmente más utilizadas pues son parte del sistema financiero convencional y están respaldadas por cuentas bancarias o empresas domiciliadas en países con jurisdicciones determinadas. Las criptomonedas no son aceptadas universalmente como medio de cambio con el sector real de la economía más si entre los propios tenedores de criptomonedas. (FSB, 2022) Esto se debe principalmente además a que las fluctuaciones de valor de las criptomonedas no generan confianza en que las transacciones de hoy vayan a poder concordarse con las de mañana pues la especulación sobre el precio aleja a los receptores de aceptarlas. Adicionalmente, la tecnología de bitcoin es muy ineficiente, lenta y consume mucha energía. Se tarda alrededor de 10 minutos en promedio en confirmar una transacción, mientras que VISA puede realizar 24000 transacciones por segundo.

Como podemos analizar, las criptomonedas sin respaldo no poseen los atributos para considerarlas monedas de circulación universal. Aún existe mucho tiempo hasta que las tasas de penetración de los criptoactivos puedan llegar a un nivel en el que puedan ser consideradas medios de cambio y es necesaria la estabilidad de su valor en el tiempo para que sean depósitos p reservas de valor y unidad de cuenta. Por todos estos motivos, analizando cada una de las funciones que una moneda de aceptación universal debe tener, al menos en un espacio geográfico determinado, los criptoactivos denominados criptomonedas aún no alcanzan a poseer las funcionalidades necesarias para ser consideradas monedas. Quizás en un futuro cercano podrán lograrlo.

Fuentes:

Nakamoto (1)

Jiménez (2)

Malloy and Lowe (3)

Devi and Lee (4)

Budish(5)

Adrian, T. and T. Mancini-Griffoli (6)

Fincial Stability Board(7)

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