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Censo Económico de 1963: Gobernar a partir de la evidencia

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La estadística es primordial para el sustento de las decisiones gubernamentales. Con el fin de recoger evidencia, en 1963 se ejecutó el Primer Censo Nacional Económico para reunir información con respecto al análisis de la estructura económica del Perú. Este censo marcaría un hito en la historia económica del país.

El arte de gobernar se encuentra relacionado con la evidencia estadística. No es posible focalizar un programa social o determinar la pertinencia de una política pública sin datos que sustenten la ejecución de aquellas acciones.

Esta idea ya era clara en los primeros años de la República. En 1836, por ejemplo, se ejecuta el Primer Censo Nacional de Población con el objetivo de recoger cifras sobre la composición demográfica del Perú. Años después, Ramón Castilla fundaría el Consejo Central Directivo de Estadística General, pues se consideraba que “una estadística extensa, prolija y bien sistematizada es la base indispensable para el buen arreglo administrativo y económico de todos los ramos del servicios público”[1].

El siglo XIX se cierra con el IV Censo de Población desarrollado en 1876, considerado como el “el trabajo más serio que, hasta el día, se haya intentado en la República” según de Manuel Atanasio Fuentes, jefe de la Dirección de Estadística en 1878.

La República atravesó las primeras décadas del siglo XX sin empeñarse en realizar nuevos trabajos censales. El interés por las estadísticas fue retomado por el gobierno a fines de los años 30. En el último periodo de su gobierno, el presidente Oscar Benavides propuso la elaboración de un censo general, pues con dicha información era posible “aplicar verdaderas políticas sociales y económicas”[2]. La ejecución de esta propuesta queda rezagada hasta 1940, año en el que se realiza el V Censo de Población.

Veinte años después, el Perú atravesaría una ola de censos de diversos tipos. Las estadísticas copaban, nuevamente, un rol fundamental en la agenda pública.

El Censo en la década de los 60

Está década es crucial en la historia del Perú, pues se realizan importantes trabajos estadísticos y se inicia un proceso de renovación de las cuentas nacionales. Esta sucesión de acontecimientos surge a partir de la Ley de Censos de 1959. Dicha ley decretaba que “a partir de 1960, el territorio de la República y en sus aguas jurisdiccionales, se levantarán cada diez años los Censos de Población y de Vivienda y cada cinco años, los Censos Económicos: agropecuarios, industrial, comercial, de servicios, etc.”[3]. Con la nueva normativa, el gobierno formalizaba la ejecución de censos a nivel temporal y metodológico.

Como resultado de la Ley de Censos, en 1961, se efectúa el VI Censo de Población, I de Vivienda y I de Agropecuario. De esa manera, el censo de población quedaba complementado con nuevos estudios estadísticos que colocaban el lente en otros aspectos sociales y económicos.

El Primer Censo Nacional Económico

El año de 1963 representa un hito para la historia económica del Perú. El gobierno despliega esfuerzos administrativos y financieros para llevar a cabo el Primer Censo Económico que abarque a todo el territorio peruano y que recoja información sobre los principales sectores de la economía: manufactura, comercio, minería, construcción y energía.

El objetivo principal del censo de 1963 era “lograr un mejor conocimiento de la estructura económica del país; la cual es básica para el análisis económico y la planificación de políticas económicas a fin de procurar la promoción del desarrollo de los recursos productivos en el territorio de la República”[4].

En este contexto, destaca la labor desempeñada por Dirección Nacional de Estadística y Censos, comandada por Numa León de Vivero. Este organismo, se encargó de elaborar el Plan Censal, así como determinar la técnica y los mecanismos de empadronamiento.

Este censo y todos los desarrollados a lo largo de la década de los 60 parten de una nueva corriente que identificaba el desarrollo socioeconómico con la planificación. No es coincidencia que, en 1962, se fundara el Sistema Nacional de Planificación del Desarrollo Económico y Social y su entidad rectora, el Instituto Nacional de Planificación.

Gracias a la información proporcionada por este censo, en 1963 se inició un proceso de innovación de las cuentas nacionales. El Banco Central comandó “una minuciosa revisión conceptual y estadística en las cuentas nacionales, implementándose además nuevos esquemas y sistemas de cuadros integrados y coherentes entre sí, como los del producto, el ingreso, la balanza de pagos y las cuentas fiscales”[5].

Desde aquel año, los censos formaron parte del desarrollo institucional del Estado. Gracias a ellos, es posible conocer las características de un país que cambia constantemente a lo largo de los años.

 

[1] Reglamento de Estadística (1848). https://www.inei.gob.pe/media/archivos/Ley_29_04_1848_Castilla_1.pdf

[2] H. Pease y G. Romero (2013). La política en el Perú del siglo XX. Fondo editorial PUCP.

[3]  Ley N°13248 (Ley de Censo). https://www.inei.gob.pe/media/archivos/Ley_13248_Ley_de_Censos_1.pdf

[4] I Censo Nacional Económico (1963)

[5] Bruno Seminario (2015). El desarrollo de la economía peruana en la era moderna

 

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